Sign Up To The Newsletter

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit, sed diam nonummy nibh euismod tincidunt ut laoreet

    El Océano Pacífico oriental, superautopistas para las ballenas

    Redacción

    Un nuevo informe de WWF y sus aliados, incluida la Universidad Estatal de Oregón, la Universidad de California en Santa Cruz, la Universidad de Southampton y la Universidad de Valparaíso, recomienda acciones para que los gobiernos, la industria y las personas protejan las rutas migratorias de las ballenas a lo largo del Océano Pacífico Oriental para 2030. El cambio climático, el tráfico marítimo, el ruido submarino y la actividad pesquera afectan a estos mamíferos y su supervivencia en múltiples puntos.

    El reporte Corredores Azules del Océano Pacífico Oriental, Oportunidades y Acciones para Proteger a las Ballenas Migratorias fue lanzado recientemente e incluye una visualización que destaca las rutas que se extienden a lo largo del Océano Pacífico Oriental de polo a polo.

    Estas rutas migratorias, o corredores azules, son como superautopistas para ballenas, que cubren distancias significativas desde el Estrecho de Bering, en Alaska, hasta la Península Antártica, en el extremo sur del continente americano, a veces abarcando miles de kilómetros. Doce de las catorce especies de grandes ballenas utilizan el Océano Pacífico Oriental como una zona central para sus migraciones.

    Ballena jorobada. Foto: HUMBERTO BRAOJOS

    Durante el siglo XX se capturó comercialmente a casi 3 millones de ballenas, lo que llevó a muchas especies al borde de la extinción. En la actualidad, hay significativamente menos caza comercial, lo que permite que prosperen algunas poblaciones de estos cetáceos. Pero están surgiendo nuevas amenazas que hacen que las rutas migratorias de las ballenas sean cada vez más peligrosas para navegar.

    Alimentación

    “Las ballenas dependen de importantes áreas oceánicas para alimentarse, aparearse, parir, amamantar a sus crías, socializar y migrar, que están siendo impactadas por múltiples actividades humanas y se encuentran bajo un estrés creciente”, dijo Chris Johnson, Líder Mundial para la Conservación de Ballenas y Delfines en WWF. “Tenemos el conocimiento y las estrategias para conservar y proteger mejor estas áreas. Hacemos un llamamiento a la cooperación urgente para proteger a las ballenas en toda su área de distribución oceánica”.

    WWF celebra y reafirma su compromiso para apoyar la implementación de acciones urgentes en el marco de la declaración conjunta de Protección de los Océanos de las Américas e implementar redes de AMP y Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas (OECM, por sus siglas en inglés) en el Océano Pacífico Oriental, con el objetivo de proteger o conservar al menos el 30 por ciento del océano para 2030 con un enfoque inclusivo.

    Ballena azul. Foto: ELIANNE DIPP

    Visualizar estas rutas proporciona una guía concreta para compartir acciones de conservación que protejan a las ballenas migratorias en el Océano Pacífico Oriental. Los datos científicos utilizados para construir este mapa son un esfuerzo de colaboración de más de 50 grupos de investigación.

    Enfoques favorables

    “Esta investigación pionera presenta enfoques innovadores para ayudar a proteger a las ballenas. Salvaguardar los corredores azules del Océano Pacífico Oriental requiere una estrategia holística, que involucre a múltiples actores responsables de formular políticas en una variedad de áreas e industrias, desde la pesca hasta el transporte marítimo, incluidas organizaciones clave como la Comisión Ballenera Internacional (IWC, por sus siglas en inglés), la Organización Marítima Internacional (OMI) y la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS), por nombrar algunas”, dijo el Dr. Daniel M. Palacios del Instituto de Mamíferos Marinos de la Universidad Estatal de Oregon.

    “La evidencia creciente muestra que nuestros océanos necesitan poblaciones de ballenas prósperas para mejorar la productividad marina y desempeñar un papel en la captura de carbono. Respaldados por ciencia robusta, también nos están revelando cómo podemos conectar redes de áreas protegidas para lograr el objetivo 30 x 30”, dijo Chris Johnson.

    Fuente: wwf