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    Arrojó un cigarrillo a un pozo: lo que se descubrió fue un hallazgo

    Un trabajador de Mali provocó una gran explosión al lanzar una colilla. Una empresa, años más tarde, decidió reabrir el pozo para investigar lo sucedido

    Redacción

    En el año 1987, un trabajador en Mali decidió arrojar un cigarrillo dentro de un pozo recién abierto en Mali, pensando que el agua del fondo lo apagaría. Sin embargo, eso no fue exactamente lo que ocurrió. A los pocos segundos de haberlo lanzado, una explosión subterránea generó un enorme estruendo e incluso hizo vibrar el suelo. No hubo que lamentar víctimas, pero se decidió sellar la perforación.

    La cavidad, localizada en Bourakebougou, permaneció cerrada durante años hasta que la compañía Petroma (hoy Hydroma) decidió reabrirla para estudiar el fenómeno. Los análisis revelaron que el pozo contenía hidrógeno de alta pureza, un hallazgo sin precedentes que permitió convertirlo en la primera explotación del mundo capaz de generar electricidad a partir de hidrógeno natural mediante pilas de combustible sin emisiones contaminantes.

    El caso desafió las hipótesis tradicionales que sostenían que el hidrógeno no podía acumularse bajo tierra debido a su reactividad y ligereza. Investigaciones de la U.S. Geological Survey y de equipos universitarios, citadas en trabajos recientes publicados por especialistas, indican que la corteza continental habría producido suficiente hidrógeno durante mil millones de años como para abastecer la demanda global durante 170.000 años, aunque gran parte de ese volumen se haya liberado a la atmósfera.

    Los geólogos han definido seis condiciones necesarias para que el gas permanezca atrapado: abundancia de agua subterránea, rocas ricas en hierro o minerales radiactivos, temperaturas elevadas que aceleren las reacciones, estructuras porosas que actúen como reservorio, capas impermeables que funcionen como sello y mínima actividad microbiana. Estas dinámicas explican la formación de hidrógeno geológico mediante reacciones entre agua y rocas ígneas o por procesos de radiólisis en granitos.

    Búsqueda global y nuevas técnicas

    El descubrimiento ha impulsado campañas de exploración en regiones como el Midcontinent Rift norteamericano, donde las características geológicas podrían favorecer grandes acumulaciones. Paralelamente, universidades y centros de investigación evalúan la producción de hidrógeno estimulado mediante la inyección de agua en capas profundas, una técnica inspirada en procesos naturales que, pese a recibir escepticismo inicial, avanza gracias a varios proyectos piloto.

    Industria y científicos observan este recurso como una vía para reducir la huella de carbono en sectores como la minería y la fabricación de fertilizantes. A diferencia del hidrógeno industrial, el natural ya se encuentra almacenado en la corteza terrestre y genera emisiones únicamente durante su extracción, lo que aumenta su atractivo como alternativa energética.

    El reto principal será la viabilidad económica de cada yacimiento, especialmente en zonas remotas donde los costes de infraestructura son elevados. Aun así, perforaciones recientes en EEUU han identificado reservorios prometedores, reforzando la idea de que el subsuelo podría albergar cantidades capaces de sostener una transición energética más limpia a largo plazo.

    Fuente: El Confidencial