Redacción
“Nunca tuve la intención de hacer fotos de desnudos, más bien quería ofrecer la oportunidad de ver las cosas de manera diferente: jugar con nuestra percepción, nuestra realidad y nuestra interpretación de las cosas”. Así define Allan Teger sus Bodyscapes (“paisajes corporales”), un proyecto a largo plazo en el que este fotógrafo artístico lleva trabajando, nada menos que, desde 1976. Una temática de sus fotografías que no deja de ser por lo menos curioso y no deja indiferente a muchos.
Este artista, comenzó el proyecto cuando todavía era profesor de Psicología en la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia. “Estaba enseñando que tenemos una opción en nuestras percepciones y que nuestro nivel de conciencia determina cómo vemos las cosas.
Quería mostrar estas ideas en el arte, y ¡se me ocurrió la idea de los paisajes corporales!”, aplicando los conocimientos del estudio de la conciencia, la meditación y la espiritualidad. Después de años de enseñanza, dejó lo académico para aplicar lo que había aprendido al ámbito del arte. Había sido el fotógrafo de la escuela durante toda la escuela secundaria y la universidad, pero regresó a la fotografía como arte en lugar de fotoperiodismo, en 1976.
Teger cuenta en su página web que “comencé Bodyscapes en ese año con la intención de mostrar que es posible tener dos percepciones diferentes al mismo tiempo. ¡Las imágenes también son un juego de “inversiones figura-fondo” donde la figura (en este caso el cuerpo) se convierte en el fondo (o paisaje)! Sentí que dos percepciones diferentes indicaban que era posible tener dos niveles diferentes de conciencia, o dos realidades diferentes. . . . y esa fue la inspiración detrás de este trabajo!
El cuerpo como escenario
El cuerpo como paisaje nos recuerda que las formas de la naturaleza se repiten en todo el universo. Las formas de la naturaleza son similares en el paisaje y en el cuerpo humano. “Al hacer estas imágenes, siempre soy consciente de la experiencia de los espectadores. Si quiero que el espectador vea una “montaña”, entonces es importante que también vea el cuerpo como una montaña. Si, en cambio, veo el cuerpo como el trasero de alguien, ¡entonces el espectador no verá la montaña! Entonces, se convierte en una disciplina interesante para mí, obligándome a ver más allá del cuerpo al paisaje que representa”, comenta.
“Elijo blanco y negro porque el objetivo del trabajo es el diseño, la iluminación, las formas, no los detalles de los objetos. Como tal, el blanco y negro parecía ser más efectivo. Además, el color del cuerpo no coincidía con el color del paisaje que estaba retratando. Intenté usar color una vez, pero me detuve rápidamente”, puntaliza.
Figuras
“Las figuritas que coloco sobre el cuerpo son de maquetas de trenes, adornos navideños, casas de muñecas o miniaturas de colección. Es muy importante que utilice miniaturas detalladas y de alta calidad, o se pierde la ilusión de un paisaje real. Rodé con película durante muchos años usando una Mamiya RB67. Ahora disparo con una cámara digital, una Nikon D300. Sin embargo, las imágenes todavía se hacen de la misma manera, con juguetes colocados en el cuerpo y una sola exposición, en lugar de múltiples exposiciones o Photoshop”, relata.
Entre sus próximos proyectos en esta serie se incluyen trabajar con un modelo en blanco y negro en la misma toma, posiblemente con modelos masculinos y femeninos juntos, y continuar tratando de obtener buenos paisajes corporales masculinos. “Siento que he cubierto la mayoría de los temas deportivos obvios, etc., y ahora planeo concentrarme en producir hermosos paisajes, reales y surrealistas”, añade.
Algunas personas ven humor, erotismo o belleza en su trabajo, pero el arte es así de curioso y caprichoso.
Fuente: Bodyscapes