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    Alejandre, la firma que rompe con los tabúes asociados a la silueta

    La marca española, que ha vestido a ‘celebrities’ como Dua Lipa o Nathy Peluso, reivindica la sensualidad del cuerpo para impulsar el empoderamiento femenino 

    Sandra Peñaranda con uno de sus diseños es la diseñadora de Alejandre. / FOTO: Aitor Laspiur

    Redacción

    Reivindicar la sensualidad del cuerpo alejándose de lo políticamente correcto. Desde esta perspectiva, la firma emergente Alejandre reivindica el empoderamiento femenino y rompe con los tabúes asociados a la silueta. Corsés, bodis, camisones, sujetadores, tangas y todo tipo de piezas inspiradas en la ropa interior toman el protagonismo y ya los han vestido ‘celebrities’ como Dua Lipa, Nathy Peluso o Bad Gyal.

    Sandra Peñaranda (Madrid, 1996) articuló su particular revolución del vestir femenino desde su casa durante el confinamiento de 2020. Tras decretarse el estado de alarma, decidió invertir su tiempo en Alejandre, una marca que ha presentado su segunda colección en la pasarela EGO —espacio dedicado a los jóvenes talentos de la moda dentro de la 75ª edición de la MBFWM— y que propone un empoderamiento del cuerpo a través de la lencería. “Para nosotros tiene un papel diferenciador. Siempre nos quedamos con la prenda exterior, pero yo quiero que lo de dentro esté fuera”, manifiesta la diseñadora. Así, sus diseños dialogan con la silueta desde la sensualidad y la sexualidad, sin tabúes ni censuras. Recuperar la libertad mostrando el cuerpo desde el deseo es la idea con la que Alejandre se presenta al mundo.

    El confinamiento por la pandemia hizo que volcaras todo tu talento en Alejandre, ¿pensaste en aquellos momentos que tu colección llegaría a artistas como Dua Lipa?
    ¡Qué va! Empecé el proyecto sin ninguna pretensión. Por entonces trabajaba en otro estudio y con el confinamiento cesó su actividad, así que lo arranqué para mantenerme ocupada. Tenía la idea de la marca en la cabeza desde hace algún tiempo, empecé poco a poco y fue tomando forma hasta que salió la colección. Presenté la campaña a través de Instagram y en una revista para llegar a más gente, pero nunca pensé que podría vestir a artistas como Dua Lipa. Creía que eso ocurría cuando llevabas más tiempo en esto, pero con Instagram, si lo tuyo gusta, enseguida cruza el charco.

    Nunca pensé que podría vestir a Dua Lipa, pero con Instagram, si lo tuyo gusta, enseguida cruza el charco

    Tanto Beauty Body como Alejandre 2020 tienen una fuerte inspiración en el estilo de los 2000, ¿qué te fascina de esa época y quiénes son tus iconos?
    Los 2000 fueron una época en la que no había filtros ni límites, todo era más excéntrico y esa es la parte que más me gusta. Pero para mí, lo más importante en cuanto al concepto es la idea de llevar la lencería a un primer plano. Esas camisas tan escotadas que dejaban ver el sujetador o esas faldas tan cortas o de talle tan bajo que mostraban la braga. Estamos viviendo un revival exponencial de todo aquello. Creo que la moda va de eso, de atreverse a combinar y que pegue o no es lo menos importante. Respecto a mis iconos,crecí viendo videoclips de Beyoncé, Britney Spears, Christina Aguilera, The Pussycat Dolls…

    ¿Los 2000 seguirán siendo parte fundamental del discurso de Alejandre?
    Lo han sido en la primera y la segunda colección. Creo que fueron la excusa para empezar y me han permitido adquirir una identidad y unas formas. Ahora soy capaz tanto de seguir por esa línea con otras ideas como de moverme en otros universos. Lo importante es que tengo unos códigos para que, haga lo que haga, se me reconozca.

    ¿Y, aparte de aquella década, qué más inspira tu talento?
    Absolutamente todo. Colores, formas, también la música, pero, sobre todo, cosas visuales y para ello sigo a muchos estilistas. Me estoy informando continuamente, viendo ideas para recoger lo que me interesa, traducirlas y llevarlas a mi universo.

    Tus prendas celebran la aceptación de todos los tipos de cuerpos, ¿piensas que el body shaming sigue siendo un problema?
    Por supuesto, decir que no sería faltar a la honestidad. Hemos crecido con la idea de que debes tener cierta figura para vestir de determinada manera, pero en absoluto. Cada uno puede ponerse lo que desee, hay que tener en cuenta que hablamos de prendas y de cuerpos, no son más que eso. Lo importante es aceptarlo y vestir según quieras expresarte. Personalmente, no es que mi discurso esté centrado en él, más bien lo abarco con mis diseños.

    ¿Crees que enseñar piel puede convertirse en un acto reivindicativo que ayude a romper estereotipos?
    No es tanto el hecho de enseñar piel, sino el vestirse para uno mismo independientemente de quien mire. Vamos al caso de las piernas: existen muchos tipos, pero ¿solo algunas pueden llevar falda corta? O el hecho de ir ajustada… Si yo soy así y me gusta vestir así, no tengo que cambiar porque a otro no le guste. Se trata de una mentalidad errónea con la que nos han criado, hemos crecido con unos cánones de belleza impuestos.

    Si yo soy así y me gusta vestir así, no tengo que cambiar porque a otro no le guste. Hemos crecido con unos cánones de belleza impuestos

    ¿Crees que la idea de sensualidad y sexualidad cambia cuando se concibe desde una mirada absolutamente femenina?
    Cuando ves una colección no piensas en quién está detrás. Quizá sea un mensaje que la persona reciba por intuición. La lencería es muy importante para la marca y hacemos un ejercicio continuo por exteriorizarla. Si es una prenda que ha estado relegada a un segundo plano y puede ser tan bonita como una prenda exterior, ¿por qué no llevarla a un primer plano y que sea incluso la protagonista? En las colecciones intento reivindicar el cuerpo femenino desde un punto de vista delicado, a veces más sexual, pero nunca muy explícito.

    ¿Para qué escenarios o circunstancias están pensadas tus prendas?
    Las prendas están diseñadas para quien quiera ponérselas. ¿El momento? Ellas y ellos lo deciden. Cuando me pongo a crear no me centro en un momento, sino en un personaje, en una gama de colores, en unas formas… A veces me sorprendo porque pienso “esto lo veo para un evento”, pero de repente utilizan la pieza para algo cotidiano y eso me encanta. Significa que te sientes tan identificada con ella que la integras en tu día a día.

    Fuente: Talento a bordo