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    Aitor Goikoetxea, prendas con nostalgia

    La libertad es la gran inspiración del joven diseñador Aitor Goikoetxea. Desde la conexión con sus raíces vascas, sus creaciones ya están a la conquista de Estados Unidos y Canadá

    Aitor Goikoetxea fusiona su identidad vasca con el diseño de moda.

    Redacción

    En un mundo donde la moda se entrelaza con la libertad creativa, Aitor Goikoetxea (Basauri, 1999) se destaca a sí mismo como un artista apasionado que persigue su visión con determinación. Autodefinido como “polímata”, Aitor no sólo siente curiosidad por la moda, sino también por otras disciplinas: “Me encantaría dirigir una película y cocinar de manera profesional”, confiesa. Hoy se dedica en cuerpo y alma a sus diseños con la misión de “hacer nuevo lo viejo”, partiendo de su visión personal de la cultura vasca y haciendo de tejidos como el punto el sello distintivo de su marca: “Lo que hago es darle un nuevo significado a este tejido, que no suele valorarse como un aporte en moda”.

    ¿Cómo comenzó tu pasión por la moda?
    Durante toda mi vida, mi familia, amigos y profesores me dijeron que acabaría siendo diseñador. Siempre me ha gustado vestir y cuidar la estética. Estudiando el Bachiller me di cuenta de que la moda es una disciplina con la que puedo trabajar la parte conceptual del arte que más me interesa y plasmarlo en algo material. La moda acaba teniendo un sentido, una utilidad y un impacto en la gente, y te permite extrapolarla a muchas disciplinas: como la música o el cine, etc. También me aporta una libertad artística que, para mí, es perfecta para experimentar y crecer.

    La ropa acaba teniendo un sentido, una utilidad y un impacto en la gente, y te permite extrapolarla a muchas disciplinas

    ¿Cómo es tu día a día?
    Un desastre [risas]. Casi siempre funciono mejor de noche porque es el momento en el que todo el mundo está dormido y mi móvil se calla un poco. Es cuando más me concentro. Soy incapaz de desconectar del trabajo porque siempre estoy pensando en lo que no estoy haciendo y me siento culpable. Ahora mismo mi equipo soy yo, aunque recientemente he empezado a trabajar con algunas fábricas que me ayudan a sacar pequeñas colecciones. Aunque pueda ser agobiante, siento que es como mejor trabajo y más productivo soy. Es mi manera de sentirme realizado y sé que es momento de trabajar a este ritmo.

    ¿Cómo defines tu estilo?
    La palabra que más me gusta es: nostalgia. La nostalgia es lo que más me ha ayudado e impulsado a encontrar una creatividad y una identidad ética. En la universidad empezaba cada proyecto pensando en mis orígenes y mis recuerdos. Quiero hablar de la identidad vasca de forma diluida, que la gente encuentre algunas referencias; mi versión de los trajes tradicionales utilizando el concepto de falda sobre falda, por ejemplo. No me hace falta poner la bandera de Euskadi en una prenda para reconocer la cultura vasca, sino que está presente de manera sutil y se puede interpretar de mil maneras según quien la observe. También asocio mi estilo con la artesanía porque hay piezas para las que empleo tejidos, como el punto hecho a mano o los bordados, que llevan muchas horas de trabajo y mi forma de trabajar me pide romantizar esas ideas.

    ¿Quiénes son tus máximos referentes?
    Mis mayores referentes no vienen directamente de la industria de la moda, sino del cine. Almodóvar es un perfil de director bastante nostálgico, muy emocional y arraigado a la familia, por lo que creo que compartimos bastante a nivel conceptual.

    No me hace falta poner la bandera de Euskadi en una prenda para reconocer la cultura vasca, sino que está presente de manera sutil

    ¿Qué te ha impulsado a estar donde estás hoy?
    Cuando murió mi padre tuve la sensación de que él no pudo cumplir su sueño de ser arquitecto. Viéndolo con perspectiva, creo que eso me impulsa a hacer todo lo posible para conseguir el éxito que él no pudo tener. Siento que me he criado en un ambiente en el que había muchas expectativas puestas en mí, por lo que nunca he dudado que puedo llegar adonde me proponga. Soy consciente de que, aunque dediques mucho esfuerzo a tu trabajo, también necesitas estar en el momento y lugar perfectos, conocer a la gente adecuada, etc. Soy una persona ambiciosa, el trabajo da sentido a mi vida y eso me motiva.

    El año pasado te hiciste con el premio Fashion Talent, reconocimiento al mejor diseñador joven de la semana de la moda de Madrid, ¿qué significó este momento en tu carrera?
    Lo viví de una forma muy inocente y desde el estrés de tener que estar pendiente de muchas cosas a la vez. No fui consciente de la magnitud de lo ocurrido, tenía la mente puesta en cremalleras y cuellos. Me emocioné después viendo las fotografías y las entrevistas. Como marca fue un impulso a nivel imagen, pero a nivel personal, sin embargo, no creo que haya cambiado nada.

    Soy consciente de que, aunque dediques mucho esfuerzo a tu trabajo, también necesitas estar en el momento y lugar perfectos

    Tu firma no sólo ha conquistado España sino que también despunta en lugares como Estados Unidos y Canadá. ¿Qué sientes al haber conseguido todo eso con tan solo 23 años?
    Mucha presión. Es cierto que, para la edad que tengo, he estado muy motivado y he hecho muchas cosas, pero no puedo evitar compararme y saber que, en realidad, acabo de empezar y aún me queda mucho camino por recorrer. Me gustaría hacer más desfiles, participar en alguna película… Quiero llegar a más gente. No sé si en algún momento me sentiré realizado como para decir: “Ay, ¡qué bien!”.

    A día de hoy, ¿qué te hace mantener tu atelier y tu vida en Basauri?
    Volví de Barcelona a Basauri porque allí me concentro mucho más. Objetivamente tengo menos distracciones. Me gusta como núcleo para aislarme y enforcarme en trabajar. La calidad de vida que me ofrece me encanta, tengo a mis amigos y puedo estar más cerca de todo lo que inspira mi marca.

    Aunque uno de tus sueños es tener tu estudio en París…
    Ahora mismo lo tengo en País Vasco y estoy muy a gusto, pero creo que me gustaría estar en París porque soy consciente de que allí es donde se mueve todo. Toda la industria tiene la mirada puesta allí. Me encantaría ir con mi marca y seguir experimentando.

    ¿Cuál es la conexión que impulsó tu talento? ¿Cómo influye tu entorno en tu proceso creativo?
    Poco antes de mudarme a Barcelona para comenzar mis estudios, una de mis mejores amigas, Olatz, me apoyó mucho y me hizo confiar mucho en mi talento. Durante la carrera, mi pareja de entonces, que también estaba en la universidad, me impulsó a disfrutar del proceso. En esa época reafirmé mi pasión. Por otro lado, suelo hablar con amigos que trabajan en moda, como fotógrafos o diseñadores, en busca de opiniones. Esos diálogos me sirven para filtrarla esencia del concepto que estoy buscando.

    El talento es cuando alguien logra tocarte el corazón siendo coherente y fiel a sí mismo, aportando algo personal

    Para terminar, ¿qué es el talento para ti?
    El talento es cuando alguien logra tocarte el corazón siendo coherente y fiel a sí mismo, aportando algo personal. Para mí eso es la base de ser creativo. Creo que el talento está en conectar con la gente ofreciendo emoción, así que para mí una persona talentosa es aquella que emociona y conecta contigo.

    Fuente: Talento a bordo