El gobierno local instaló un área de protección alrededor del nido, donde los intrusos corren riesgo de multas de hasta 500.000 euros
Redacción
En un acontecimiento que ha emocionado a los amantes de la naturaleza y la conservación, por primera vez en medio milenio, se ha registrado la presencia del águila de cola blanca anidando y reproduciéndose en Bélgica.
Este hecho es de gran importancia en la recuperación de esta especie en la región, aunque no esté en peligro de extinción.
En la reserva natural De Blankaart, en la región de Flandes Occidental, se registró el nacimiento de un polluelo y se espera un segundo pronto.
También conocida como águila marina, destaca entre las aves rapaces más grande de Europa, alcanzando a medir hasta 2.5 metros de envergadura (de extremo a extremo de sus alas) y pesar entre 4 y 7 kilogramos.
La observación de un polluelo nacido en la reserva natural De Blankaart en Flandes Occidental, junto a sus compañeros Paul y Betty, ha sorprendido a los expertos y entusiastas.
Esta especie, también conocida como águila marina o águila marina gris, había permanecido ausente de la zona durante cinco siglos, siendo un avistamiento raro en el paisaje belga.
Ante la importancia de proteger a esta nueva familia de águilas, las autoridades locales han establecido un área alrededor del nido con medidas estrictas, imponiendo multas considerables a cualquier intruso.
Aunque su presencia es más común en otras partes de Europa, su regreso a Bélgica es una señal de esperanza para la conservación de esta emblemática especie en todo el continente.
Como resultado de las acciones tomadas, ahora hay más de 6.000 parejas reproductoras en Europa y la especie figura como de Preocupación Menor en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Las cifras de esta especie cayeron particularmente rápido en el siglo XX, coincidiendo con una mayor carga de químicos agrícolas que ahora se ha eliminado en gran medida.
Estas aves son sexualmente maduras hasta los 5 o 6 años de edad; suelen tener un bajo éxito de reproducción y, si logran conseguirlo, ambos padres incuban un huevo entre 35 a 46 días.
