Gracias a la solidaridad internacional, el personal docente africano puede utilizar libros de cuentos con valores locales en sus clases
Redacción
Los cuentos locales son el núcleo de los nuevos libros escolares que se están publicando gracias a la financiación que el Australian Education Union (AEU) ha facilitado al Pan African Teachers’ Centre (PATC). Los sindicatos de la educación imprimirán estos libros de cuentos para ayudar al alumnado a desarrollar el gusto por la lectura a través de cuentos y contextos locales. En la mayoría de los casos, el personal docente escribió o seleccionó cuentos de la cultura local, lo que garantiza una mayor relevancia a nivel popular.
En 2021, el AEU decidió continuar apoyando un programa de cooperación para el desarrollo en África que incluía la creación de libros de cuentos conjuntamente con el PATC, un departamento de la Internacional de la Educación África (IE África). El PATC se encarga del desarrollo profesional de docentes y personal educativo, así como de promover la equidad y una educación pública de calidad para todos en África, y garantiza que los miembros de las afiliadas de la IE reciben formación en diversos ámbitos, entre ellos la metodología de investigación. Su objetivo es ampliar la capacidad de los sindicatos de recabar la información necesaria para desarrollar su discurso en el diálogo social.
El AEU siempre ha contemplado los programas de cooperación para el desarrollo como una manera de consolidar organizaciones, promoviendo el desarrollo y fortalecimiento de los sindicatos de la educación, en palabras de la secretaria federal del AEU y presidenta de la Internacional de la Educación, Susan Hopgood. “Y siempre buscamos maneras de lograr una educación pública de calidad para todos, en todo el mundo”.
“Consideramos importante que los sindicatos de la educación den su apoyo a otras organizaciones”, apuntó Hopgood. Así, cuando la Internacional de la Educación brindó al AEU una primera oportunidad de trabajar junto al PATC, su sindicato aceptó de buen grado.
“El programa no solo permite ofrecer desarrollo profesional a los sindicatos de la educación de África, sino que también da la oportunidad a las y los activistas docentes de unirse y aprender mutuamente, aportando materiales de aprendizaje y desarrollando otros para usar en las aulas”.
A Hopgood también le interesa este programa desde el punto de vista de los derechos culturales, “sabemos por experiencia que los materiales de aprendizaje deben estar vinculados al contexto. Los materiales de aprendizaje deben ser relevantes a nivel cultural y coherentes con su contexto. Esto lo hemos aprendido en nuestro propio país, trabajando con Primeras Naciones y estudiantes migrantes”.
Para el director de la EIRAF, Dennis Sinyolo, “esta es una gran oportunidad para que las afiliadas que se beneficien del proyecto contribuyan a promover una educación para todos, sobre todo en áreas desfavorecidas. En algunas escuelas, el libro de cuentos es el único libro de texto disponible para el profesorado. Además, el programa incluye un componente de formación profesional que capacita a las y los docentes en la escritura y en el uso del libro”.
En Burkina Faso, Souleymane Badiel, secretario general de la Fédération des syndicats nationaux des travailleurs de l’éducation et de la recherche (F-SYNTER), explicó que los cuentos habían sido escritos, corregidos y seleccionados en 2015, y sus contenidos adaptados al nivel de los niños y las niñas a quienes iban dirigidos.
Durante este programa de desarrollo profesional se hizo hincapié en la pérdida de valores locales. “Es un problema al que se enfrenta nuestra sociedad”, afirmó Badiel. “Esto explica una serie de deficiencias observadas entre la juventud, como la falta de disciplina, la delincuencia juvenil y su vínculo con los narcóticos o la mala relación entre jóvenes y personas de edad avanzada”.
Badiel lamentaba que, en las ciudades, las nuevas tecnologías han sustituido a los cuentos que las abuelas contaban a niños y niñas: una actividad que podía servir para afianzar valores.
“Es necesario que los recojamos en soportes escritos, sonoros o visuales para permitir que niñas y niños los descubran”, recomendó el líder del F-SYNTER.
Además, había observado que el alumnado ya no lee, que ha perdido el gusto por la lectura, y se preguntaba cómo animar a niñas y niños a leer a día de hoy, sobre todo a los más pequeños. “Puede ser a través de cuentos como los que se han desarrollado con este programa, en lugar de los típicos libros de texto que sienten como una imposición de la escuela”.
Sindicatos
Badiel añadió que llevar a cabo tareas tales como la impresión de los libros de cuentos (que no son las principales actividades de los sindicatos) es una manera de mostrar a la gente otro aspecto de la vida sindical. Lamentó además que haya quien piense que lo único que hacen los sindicatos es organizar huelgas, e insistió en que un sindicato puede desempeñar actividades que contribuyan al desarrollo del sistema educativo.
La decepción vino de la mano de las autoridades públicas, que no han cumplido con sus responsabilidades en la iniciativa de los libros de texto. “Claramente, faltan recursos económicos. La cuestión de los libros de texto se pone de manifiesto en iniciativas como esta, en la que se crean libros de texto adaptados a las necesidades del alumnado. Al final, terminamos con un manual escolar para cada diez alumnos. No hay recursos para comprar libros de texto, ni siquiera para algo tan sencillo como unas sesiones de lectura”.
El secretario general de la National Union of Secondary and Superior Teachers (SNESS), Anatole Zongo, explicó además que, en Burkina Faso, algunos libros de Historia siguen centrándose en Francia o Europa.
Declaró que “en los últimos diez años se han remplazado algunos de estos libros, pero no todos”.
“Así, el profesorado utiliza libros de Senegal, Costa de Marfil o Francia, por lo que en muchas escuelas se tratan temas y culturas extranjeros e importados.
Pero esa no es nuestra realidad. ¡La gente de Burkina Faso no se llama ni Doudou ni Fatou!”
Zongo añadió además que el aprendizaje es más fluido cuando el contexto cultural es similar. De esta manera, la formación de desarrollo profesional organizada por el AEU y el PATC resultó muy relevante, con historias que mostraban “relatos con situaciones conocidas, adaptadas a las realidades del alumnado y a las costumbre de la comunidad”.
Educación
Además, recordó que las cuatro afiliadas de la Internacional de la Educación estuvieron representadas en el taller impartido en dos días. El SNESS envió tres miembros al taller, en el que se formó a los docentes para escribir un cuadernillo de realidades específicas, como costumbres locales, historias y leyendas. El objetivo, recalcó, era elegir los mejores cuentos y publicarlos. Los libros de texto escritos e impresos deben ser documentos educativos para docentes de primaria y secundaria y servirles de apoyo tanto a ellos y ellas como al alumnado. Ahora, concluyó Zongo, es necesario promover estos libros.
El secretario general de la Ghana National Association of Teachers (GNAT), Thomas Mussa, también destacó la calidad del programa del PATC para el desarrollo de libros junto a la GNAT. El lema del programa es “Trabajemos juntos”.
Durante entre dos y tres semanas de las vacaciones escolares, la GNAT escogió a docentes para recibir formación sobre diversos aspectos profesionales en una región en concreto.
Mussa explicó que algunos de estos participantes habían recibido formación sobre alfabetización, narración y escritura de cuentos. A continuación, las personas del sindicato que habían recibido la formación usaron estas habilidades para escribir historias sencillas en sus dialectos locales, que utilizaron en la enseñanza básica.
Fuente: http://www.ei-ie.org