El extremeño, José María del Pozo, inició este proyecto durante el confinamiento y ya las usan ocho personas
Redacción
Tiene varias máquinas que agilizan el trabajo. Ahora está a la espera de que aprueben su proyecto para poder fabricarlas directamente en el país africano. Las prótesis no solo facilitan el día a día de los pacientes, sino que también refuerzan su autoestima.
En un principio, construía objetos de decoración y partes del cuerpo humano como un pasatiempo. Sin embargo, poco a poco fue descubriendo a varias personas y comunidades en Internet que realizaban prótesis solidarias. El punto de inflexión llegó cuando se topó con Free 3D Hands, una ONG que reparte prótesis gratuitas a nivel mundial. Ahí comenzó a trabajar en mejorar la técnica.
Al compartir su nueva afición con su entorno, surgió la idea de enviar las manos a Ruanda. Gracias a una amiga ruandesa, Gaudiosa Tukayisabe, pudieron contactar con personas que necesitaban las prótesis para enviar los primeros modelos.
Al principio las medidas eran un desastre, tomadas con un metro de albañil, por lo que decidí hacer dos o tres manos para cada persona por si no les estaban bien
Las prótesis están diseñadas para pacientes con muñón a partir de la muñeca. Los dedos de la mano se cierran y pueden agarrar objetos al hacer una torsión de apenas 18 grados.
“La mano no solo permite agarrar objetos, sino que es muy importante en el aspecto psicológico para el paciente”.
El abogado viajó a Ruanda, para entregar las prótesis. Ahora, debido a la situación sanitaria, las envía gracias a una comunidad de personas implicadas en la causa. En total ocho pacientes disfrutan ya de su prótesis y hay otras personas en espera.
Actualmente, están a la espera de desarrollar el proyecto in situ, ya que las autoridades locales quedaron impresionadas tras una demostración. La idea es formar a un equipo de diez personas para que puedan trabajar con los pacientes en Ruanda.
Fuente: http://www.yocambioelmundo.org