Bárcena de Bureba comenzó estando a la venta por 525.000 euros, pero ha acabado vendido por 339.000 euros
Redacción
La España vaciada es un fenómeno que refleja la despoblación de numerosos pueblos, dejando tras de sí un paisaje de comunidades abandonadas. Este éxodo rural ha llevado a la pérdida de tradiciones, cultura local y la desaparición de actividades económicas. La falta de oportunidades laborales y servicios básicos ha impulsado a muchos habitantes a migrar hacia áreas urbanas en busca de una vida más sostenible. Sin embargo, estas tierras deshabitadas albergan un patrimonio histórico y natural valioso, esperando ser revitalizado mediante políticas que fomenten la repoblación y el desarrollo sostenible. La reconexión con la España rural no solo preservaría la identidad regional, sino que también contribuiría a la diversidad y equilibrio territorial.
El pueblo abandonado de Bárcena de Bureba, a 40 kilómetros de Burgos,ha sido comprado en su totalidad por una pareja holandesa cuyo objetivo es llevar a cabo un un proyecto para “revitalizar la comarca”. Se trataba del pueblo a la venta más grande de España y lleva más de medio siglo sin vecinos.
La pareja procedente de Países Bajos, lo ha adquirido al completo con sus 62 casas y fincas.El plan de los compradores es rehabilitar las viviendas y optimizar los recursos de la zona para generar una “ecoaldea residencial y turística”.
Las 62 casas de piedra caliza cuentan con suministro de agua y de luz, pero necesitan reformas. Además, cuenta con accesos bien conservados, está bien comunicado con las carreteras municipales y por la zona pasa el Camino de Santiago.
La pareja holandesa pretende revitalizar esta zona de la península gracias a su proyecto, que ha tenido lugar a través de la inmobiliaria Aldeas Abandonadas Real Estate. Tal y como comenta Elvira Fafián, trabajadora de la empresa, la pareja buscaba una zona con muchas casas y tierras, apartada de las grandes ciudades.
Una casa primero y luego, según puedan económicamente, intentar recuperar la totalidad
“Nos contactaron porque estaban buscando algo así de grande, con muchas casas y tierras, apartado de las grandes ciudades”, ha comentado Fafián, y “no tardaron mucho en ir a verlo, se desplazaron directamente a Bárcena y les encajó y se lo quedaron”, un trato muy satisfactorio para Aldeas Abandonadas, y no solo por el tema económico.
Fafián ha indicado que los holandeses traían bajo el brazo un proyecto muy creativo de recuperación del pueblo, con rehabilitación de las casas para usos tanto residenciales como turísticos, además de puesta en marcha de cultivos ecológicos, pues las seis hectáreas “dan para mucho”, e ideas e ilusión no les falta a los nuevos propietarios.
Fuentes: 20minutos / lavanguardia