Nace Pueblos Remotos, la fórmula que conecta el deseo de viajar y conocer otras culturas con la necesidad de mejorar los negocios rurales respetuosos con el medio ambiente.
Sol Rincón Borobia / NoticiasPositivasPress
Hay personas que pueden trabajar en cualquier lugar del mundo que tenga internet a las que les gustaría aprovechar esta ventaja para conocer otras culturas, y también hay personas que son de zonas rurales a las que les encantaría seguir en ellas, viviendo de sus negocios respetuosos con el medio ambiente. Así que ¿qué pasaría si estos dos tipos de personas se conocieran y se echaran una mano mutuamente? La respuesta la tienen Elsa Rodríguez y Carlos Jonay Suárez, creadores de Pueblos Remotos.
Pueblos Remotos es una iniciativa que apuesta por el desarrollo sostenible de los pueblos rurales a través de una fórmula colaborativa. Se trata de aprovechar el atractivo turístico de estos lugares para que la gente que puede teletrabajar pase unas semanas conociéndolos en profundidad a cambio de ayudar a los emprendedores de la zona.
Y esta fórmula funciona. Entre mayo y junio pasados diez personas teletrabajadoras viajaron hasta Icod de los Vinos, un pueblo de Tenerife, para pasar tres semanas conociendo a fondo la zona a cambio de echar una mano a seis negocios con una clara vocación medioambiental.
Por una parte, su día a día allí transcurrió como siempre: cumpliendo sus jornadas laborales en sus respectivos trabajos. Pero luego, al terminar, los teletrabajadores repartían sus horas libres entre el tiempo que dedicaban a ayudar a los seis emprendedores del pueblo que se apuntaron al proyecto y las actividades programadas para conocer la cultura, la gente y los paisajes de Icod de los Vinos y de Tenerife.
Como resultado de esta conexión, los emprendedores pudieron mejorar diversos aspectos de sus negocios gracias a la ayuda de los teletrabajadores y estos, a su vez, pudieron saborear uno de los lugares más bellos de Canarias.
“Hubo muy buena energía y todos conectaron muy bien. Los emprendedores se mostraron muy agradecidos de que los teletrabajadores pusieran de su parte para ayudarles y, al final, los teletrabajadores se quedaron con las ganas de hacer más. De hecho, aunque tenían libres los martes y jueves, siempre estaban organizando cosas juntos”, dice Elsa.
El grupo de los teletrabajadores estaba formado por 10 personas de cinco nacionalidades (española, alemana, húngara, italiana y británica) expertas en diferentes disciplinas (marketing digital, cooperación internacional, recursos humanos, desarrollo web, gestión de proyectos y arquitectura sostenible) y de distintas edades (desde 27 hasta 67 años).
Bruni es una de las teletrabajadoras que participó en el proyecto de Icod de los Vinos. Es alemana, afincada en Madrid, y aunque está jubilada ha dirigido multinacionales toda su vida. Hoy en día colabora con proyectos sociales y con organizaciones no gubernamentales. Para ella, la experiencia en Icod de los Vinos ha superado sus expectativas: “Hemos estado trabajando en el mismo espacio personas de diferentes orígenes, diferentes talentos, distintos horarios… y todo ha funcionado de maravilla”, dice. El proyecto también ha supuesto para Bruni otra forma de hacer turismo, más comprometida con la gente y la zona: “Tenemos que cambiar nuestra forma de vida y ser más respetuosos con la naturaleza”, afirma.
En cuanto al grupo de los seis emprendedores de Icod de los Vinos, sus negocios eran diversos: desde alojamientos turísticos y una bodega de vino exclusivo, pasando por la producción y venta de productos locales, hasta la producción de envoltorios hechos con cera de abejas.
Entre estos emprendedores estaba Toñi González, propietaria de la huerta ecológica Finca La Costa. Para esta empresaria, la experiencia de Pueblos Remotos fue “muy productiva. Todos empatizamos mucho, fue un regalo”, indica. Toñi tiene claro que sin estas conexiones en las que cada uno aporta su experiencia y habilidades “no avanzaremos”.
Gracias a los teletrabajadores, los emprendedores mejoraron algunos aspectos de sus negocios; algunos cambiaron su sistema de gestión de ventas, otros elaboraron un plan para promocionarse en las redes sociales y los hubo que con el simple hecho de compartir experiencias e ideas reforzaron sus ganas de seguir adelante con sus negocios. También de esta colaboración surgieron otros proyectos, como la creación de la asociación Icod Sostenible y una ruta del vino.
Ahora, y tras el éxito conseguido, Pueblos Remotos está preparando para antes de que acabe el año otro encuentro entre emprendedores locales y teletrabajadores en un pueblo canario distinto, aún sin determinar. “Hemos validado nuestro modelo de desarrollo”, indica Elsa, “el desarrollo turístico sostenible en zonas rurales es posible”.