Cerca del 20% de los bienes inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial refleja un tipo de conexión religiosa o espiritual, según datos del Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Dado su carácter transversal, el patrimonio de interés religioso incluye sitios de patrimonio tanto natural como cultural.
Redacción
Los días 4 y 11 de mayo de 2021 se llevaron a cabo encuentros de reflexión liderados por la Secretaría Nacional de Cultura de Paraguay, con el apoyo de UNESCO Montevideo (Uruguay), titulados “Aproximaciones al patrimonio de interés religioso en América del Sur”, como parte del proyecto “Consulta Temática MERCOSUR: gobernanza, gestión y uso del Patrimonio de Interés Religioso”, La iniciativa supuso un intercambio de conocimiento entre expertos de la región con el objetivo de configurar un panorama completo y diverso de lo que significa el patrimonio de interés religioso y sus prácticas y usos sociales asociados en los países del MERCOSUR.
Expertas y expertos de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile Colombia, Paraguay y Uruguay expusieron estudios de caso, marcos legales y experiencias de gestión de sus respectivos países. Las ponencias y posteriores mesas redondas destacaron que “esta tipología patrimonial refleja la indivisibilidad entre patrimonio material e inmaterial, especialmente en la región, donde el sincretismo de las manifestaciones, tradiciones culturales y bienes muebles e inmuebles constituye un valor diferencial y un rasgo valioso que debe ser consecuentemente protegido”, subrayaba el representante de Unesco.
Este patrimonio se caracteriza por el alto nivel de apropiación social y sentido de pertenencia que genera en las comunidades. Su naturaleza holística -que incluye música, danza, artesanía, comidas, arquitectura, entre otros, se traduce en una relación entre identidad, lenguas, tradiciones y territorios. Asimismo, involucra sitios de importancia espiritual y peregrinación de las diversas religiosidades presentes en la región sudamericana.
Otra de las prioridades identificadas se centró en la necesidad del compromiso de los gobiernos para la protección de este patrimonio en el tiempo, a través de la definición de planes de gestión o manejo sostenibles. Igualmente, se subrayó la importancia de promover formaciones y capacitaciones para los responsables religiosos de este tipo de bienes en materia de patrimonio cultural, así como a la comunidad en su conjunto, con el fin de involucrar a todos los actores en su correcta conservación y salvaguarda.
“Son las propias comunidades las que reconocen el valor “sagrado” de estos espacios de significancia religiosa, quienes contribuyen a su preservación y continuidad, y quienes permiten que este conocimiento de nuestra historia compartida y tradiciones se transmita a través del respeto y el diálogo entre comunidades”, afirmaba Lidia Brito, Directora UNESCO Montevideo (Uruguay).
Este patrimonio se caracteriza por el alto nivel de apropiación social y sentido de pertenencia que genera en las comunidades. Su naturaleza holística -que incluye música, danza, artesanía, comidas, arquitectura, entre otros, se traduce en una relación entre identidad, lenguas, tradiciones y territorios. Asimismo, involucra sitios de importancia espiritual y peregrinación de las diversas religiosidades presentes en la región sudamericana.
Fuente: https://es.unesco.org/news/diversidad-cultural-y-patrimonio-religioso