Redacción
Las ballenas azules, las jorobadas y las grises tienen dientes en el útero pero nacen sin ellos. Son reemplazados por las barbas, una serie de placas compuestas por estructuras delgadas, similares a pelos y uñas, que crecen desde el techo de la boca y que actúan como un tamiz para filtrar la alimentación de peces pequeños y krill parecidos a camarones.
Los dientes embrionarios que desaparecen son testimonio de una historia evolutiva de ballenas antiguas que tenían dientes y consumían presas más grandes. Un nuevo estudio que utilizó tomografía computarizada (TC) de alta resolución para escanear un cráneo fósil de ballena de 25 millones de años ha encontrado evidencias de que Aetiocetus weltoni, un primo de las ballenas barbadas de hoy en día (Mysticeti), tenía dientes y barba simultáneamente en la edad adulta. Realmente una boca muy llena.
El fósil del Oligoceno fue descubierto en la costa de Oregón por estudiantes del Museo de Paleontología de la Universidad de California, Berkeley y estudiado por investigadores de la Universidad Estatal de San Diego.
Dado que las barbas se descomponen y rara vez se conservan intactas en los fósiles, los científicos se basaron en reconstrucciones digitales con imágenes de TC para buscar evidencias de barbas en Aetiocetus. El estudio reveló surcos y agujeros en el techo de la boca que se conectan internamente con un canal vascular de una manera consistente con el patrón de los vasos sanguíneos que conducen a las barbas en los misticetos modernos.
Ballenas
Según los autores, esto demuestra es que el suministro de sangre para los dientes pasó a ejercer una nueva función, apoyar el crecimiento de las barbas en las ballenas actuales.
El estudio también reveló conexiones separadas entre el canal interno principal y los canales más pequeños que habrían llevado sangre a los dientes superiores, lo que es consistente con el patrón de suministro de sangre a los dientes en ballenas dentadas vivas como cachalotes y orcas, marsopas, delfines y mamíferos terrestres.
“Hemos encontrado evidencias que apoyan una co-ocurrencia de dientes y barbas, lo que indica que la transición de dientes a barbas ocurrió de manera escalonada desde sólo dientes, a dientes y barbas, a sólo barbas”, dice Eric Ekdale, autor principal del estudio.
Cambio de hábitos alimentarios
Ekdale cree que el estudio muestra un cambio importante en el comportamiento de alimentación, de un modo carnívoro raptorial a un modo por filtración a granel, entre los animales más grandes que jamás hayan vivido en los océanos de la Tierra. «El krill mide alrededor de 1/600 del tamaño de las ballenas azules. Es como si nosotros, los humanos, no comiéramos nada más grande que semillas de sésamo flotando en una piscina», señala el investigador.
Los cuatro grupos vivos principales de ballenas barbadas siguen dietas diferentes y usan su filtro de diferentes maneras, por lo que dividen los recursos oceánicos en lugar de competir entre sí por la misma presa.
En el caso de Aetiocetus, que tenía menos de la mitad del tamaño de una ballena gris viva, lo que desconcierta a algunos investigadores es cómo lograba procesar su comida, si tenía barbas y dientes, ya que las barbas podrían entrar la forma de los dientes en el proceso de masticación. Sin embargo, la posición de los agujeros observados en Aetiocetus sugiere que las barbas no estaban en la ‘línea de fuego’ y es poco probable que provocaran una interferencia entre los dientes y las barbas.
Los antepasados de las ballenas evolucionaron durante cientos de millones de años, primero en la tierra como mamíferos terrestres, y comenzaron su invasión del mar hace unos 53 millones de años. Esta transición y la posterior diversificación de las ballenas totalmente acuáticas muestran lo notable que es la historia de la vida en nuestro planeta.
Fuente: ABC, http://www.ambientum.com