Esta ciudad fortificada de Italia es famosa por una curiosa tradición y veneración de sus habitantes a sus incorruptos difuntos, cadáveres que sacaban a pasear y que se convirtieron en reclamo científico
Mónica Ledesma / NoticiasPositivas
Tradición, misterio y veneración a unos incorruptos y misteriosos difuntos del siglo XVII han hecho famosa a la ciudad italiana de Venzone, una pequeña localidad en la provincia de Udine. Unas momias muy peculiares que durante años han llamado la atención no solo de los científicos, sino de turistas por un curioso ritual entre sus habitantes, quienes sacaban a caminar a estos cadáveres por las calles, los vestían, los llevaban a misa e incluso hablaban con ellos.
En 1950 se tomaron fotos de esta morbosa procesión de cuerpos momificados, lo que aumentó la leyenda entorno a esta rara costumbre. Según informan las webs mummimedia y wikipedia, la primera momia extraída en Venzone data del año 1647 y se conoce como Gobbo (jorobado), llamado así por la naturaleza curvada del cuerpo. Eran extremadamente claros y la piel era de un tinte marrón amarillento, a modo de cuero curtido.
Una momificación particular que se debe a un hongo que crece en las tumbas de la Catedral de Venzone, una especie de moho parásito llamado Hipha Bombicina Pers, que rápidamente deshidrata el cuerpo y hace que la piel tenga la consistencia del papel de pergamino, antes incluso de que la descomposición pudiera comenzar.
Además, algunos científicos afirman que la piedra caliza presente en la tierra circundante puede ser también la causa de que los cuerpos enterrados permanecían preservados y reconocibles por décadas, lo que creó esta tradición bastante mórbida en los habitantes de esta región, que durante décadas desenterraban a los muertos y pasaban un tiempo con ellos.
En 1647, durante las obras de ampliación de la catedral de Venzone, salieron a la luz una veintena de estos cuerpos momificados, lo que hizo que fueran estudiados en el gabinete de la Universidad de Padua, en el Museo de Viena y en la Iglesia de los inválidos, donde el propio Napoleón quiso visitarlas en 1807.
Las momias de Venzone pertenecen a una época comprendida entre 1348 y 1881. En 1845 fueron trasladadas de nuevo a la cripta de la Catedral de Venzone, a la capilla superior. En 1906, The Literary Digest tradujo un artículo de F. Savorgnan de Brazza, que apareció por primera vez en la publicación francesa Cosmos, donde había descrito la historia y las características de estos cuerpos conservados de forma natural. Las formas y características de su apariencia eran completamente reconocibles. El primer cadáver descubierto pesaba 15 kilos, y el resto entre 9 y 20 kilos.
Cuando se publicó este artículo de Brazza, el número de momias en Venzone se situaba en 42, pero tras un terremoto en la región en 1976 la mayoría de estos vestigios óseos quedó destruído, y sólo se extrajeron de los escombros 15 del total de momias conservadas. Cinco de ellos (incluido el noble de Venzone Paul Marpillero) se exhiben hoy en día en la cripta del Baptisterio de San Michele y representan un patrimonio cultural de inestimable interés antropológico para conocer el modo de vida de los habitantes de siglos pasados.
Como explica Arthur C. Aufderheide, profesor de la Universidad de Minnesota , mientras que la ciudad de Venzone puede ser “increíblemente hospitalaria”, quienes tienen jurisdicción sobre los cuerpos a menudo se han negado a recolectar muestras para su análisis, por lo que hoy en día no se puede investigar más sobre este asombroso misterio salvo con las pocas muestras que se cuentan.
La ciudad fortificada de Venzone, aparte de sus famosas momias, representa actualmente uno de los ejemplos más extraordinarios de restauración arquitectónica y artística en Italia, pues tras ser arrasada casi al completo por dicho terremoto, fue reconstruida piedra a piedra exactamente como lo fue en la Edad Media.
Hoy sigue siendo una atracción turística en Italia y las fotos con las momias, a pesar de los años que han pasado, siguen siendo muy llamativas.