
Redacción
Los bosques tropicales, aliados vitales en la lucha contra la crisis climática, están desapareciendo a un ritmo alarmante. Con el objetivo de revertir esta tendencia, Brasil lanzó una nueva iniciativa en la cumbre de líderes mundiales celebrada en Belém, puerta de entrada a la Amazonia, a principios de este mes de noviembre.
Esta iniciativa se produjo en el marco de la COP30, la cumbre climática de la ONU diseñada para colocar la protección de los bosques en el centro de la acción climática global.
Conocido como el Fondo de los Bosques Tropicales para Siempre, este instrumento recompensará a los países que logren detener la deforestación. Con el propósito de que los bosques tengan mayor valor vivos que deforestados, podría canalizar hasta 4.000 millones de dólares anuales a 74 países.
“Los bosques tropicales dan vida a nuestro planeta. Sin embargo, siguen sufriendo una constante amenaza, siendo tratados como una fuente de ganancias a corto plazo, no como un valor a largo plazo”, declaró el secretario general de la ONU, António Guterres, subrayando la urgencia de la puesta en marcha del programa, que consideró “una declaración de solidaridad y esperanza”.
Según este fondo, los países que conserven sus bosques recibirán cuatro dólares por hectárea al año, ajustados según el desempeño verificado mediante monitoreo satelital.
Vitales para la estabilidad climática
Un total de 74 países son aptos, albergando en conjunto más de mil millones de hectáreas de bosques tropicales y subtropicales. Las áreas prioritarias incluyen la Amazonía, la Mata Atlántica, la Cuenca del Congo, la región del Mekong y la isla de Borneo en el sureste asiático.

“El Fondo de Bosques Tropicales para Siempre es un mecanismo audaz para que los bosques en pie sean más valiosos que las tierras deforestadas, alineando la conservación con la oportunidad y la solidaridad con la prosperidad compartida”, afirmó António Guterres, añadiendo que “los bosques tropicales son vitales para la estabilidad climática”.
Apoyo a las comunidades locales
Durante la semana de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, celebrada en septiembre, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció la inversión inicial en el fondo de mil millones de dólares.
En declaraciones a Noticias ONU, la directora ejecutiva de la COP30, Ana Toni, confirmó que el 20% de los pagos de cada país se destinaría directamente a las comunidades locales, reforzando así el enfoque en los pueblos indígenas y otras personas que protegen los bosques en sus comunidades y más allá de ellas.
“Esto demuestra la determinación del gobierno brasileño no solo de preservar los bosques, sino también de recompensar a quienes los protegen, con especial atención a los pueblos indígenas”.
Fuente: Noticias ONU