La organización Reseba reúne a 620 recolectores de semillas de territorios indígenas
Redacción
Hace un año, Suruí y otros 30 residentes de la aldea de Apoena Meirelles, en la parte de Mato Grosso de la tierra indígena Sete de Setembro, se unieron a la Red de Semillas de Bioeconomía Amazónica (Reseba) con la intención de aportar sus conocimientos y trabajo a regenerar la selva amazónica.
Cuando entra en la selva amazónica de su territorio, Rariane Suruí ahora la ve con otros ojos. Sus árboles —el pinho-cuiabano, el jatobá, el tento-vermelho y el cumaru— son más que una fuente de alimento, materia prima para la artesanía y un pilar de la vida espiritual: también producen las semillas que pueden ayudar a restaurar este bioma amenazado.
Cuando se pone en marcha un nuevo proyecto de restauración forestal, los indígenas emprenden expediciones que pueden durar hasta dos semanas. Por lo general, recogen semillas que han caído al suelo o de los árboles más bajos cerca de la aldea, pero a menudo tienen que adentrarse en la espesura del bosque e incluso despejar senderos para encontrarlas. “He adquirido nuevos conocimientos sobre el bosque”, explicó Suruí a Dialogue Earth.
Creada en 2021, Reseba reúne a 620 recolectores de semillas de territorios indígenas, comunidades quilombolas (formadas por descendientes de esclavos africanos), reservas extractivas (zonas donde las comunidades locales pueden explotar la selva tropical de forma sostenible) y agricultores familiares de los estados de Rondônia y Mato Grosso.
Desde entonces, ha vendido 84 toneladas, generando 1,5 millones de reales brasileños (277 000 dólares) en ingresos directos, y ha suministrado semillas para iniciativas como el programa federal Paisagens Sustentáveis da Amazônia (Paisajes Sostenibles de la Amazonia), que restauró 500 hectáreas de tierras rurales en Rondônia en 2024.
Inicialmente centrada en apoyar proyectos de restauración en el marco de la iniciativa Jardín Forestal Amazónico Sostenible de la organización Ecoporé, Reseba se consolidó rápidamente como una de las principales redes de Redário, una organización nacional que agrupa a 27 grupos y alrededor de 2.500 recolectores de todo el país.
RESTAURAR
Estas redes se consideran esenciales para que Brasil alcance su objetivo, establecido en su plan climático nacional bajo el Acuerdo de París, de restaurar 12 millones de hectáreas de vegetación para 2030, según Danielle Celentano, analista del Instituto Socioambiental y una de las coordinadoras de Redário. “El trabajo con semillas propicia la conservación de la tierra, la recuperación de los conocimientos tradicionales y la valorización y profesionalización de los jóvenes y los ancianos”, afirma Celentano.

Sin embargo, señala que grupos como Reseba siguen enfrentándose a obstáculos en términos de demanda, gobernanza y burocracia. Planaveg, un plan nacional para la recuperación de la vegetación autóctona, que se relanzó en diciembre de 2024, pretende superar algunos de estos retos situando la recolección comunitaria de semillas en el centro de sus acciones, según la analista.
He adquirido nuevos conocimientos sobre el bosque
RARIANE SURUI
Planaveg se puso en marcha originalmente en 2017, antes de que el presidente Jair Bolsonaro asumiera el cargo, pero recibió poca atención durante su administración. El gobierno de Lula lo reactivó, reiniciando las discusiones en 2023 y comenzando su implementación a principios de este año.
Desarrollado por el gobierno en colaboración con diversas organizaciones, su objetivo es formar a indígenas, quilombolas y agricultores familiares como técnicos y recolectores. También pretende coordinar las políticas de asistencia técnica y ampliar el acceso de estos grupos al crédito y a los fondos públicos.
Fuente: ipsnoticias y forestnews.cifor