El investigador de la Fundación Pasqual Maragall observa el futuro de la prevención y detección del Alzheimer
Redacción
Oriol Grau es miembro del servicio de neurología del Hospital del Mar y lleva más de 7 años trabajando en la Fundación Pasqual Maragall, en Barcelona, como investigador. Además, desde 2022 lidera el grupo de investigación clínica y en factores de riesgo para enfermedades neurodegenerativas. Aunque no tiene mucho tiempo libre, consigue compaginar una intensa trayectoria investigadora y asistencial con su vida familiar.
Además de su pasión por la ciencia, le gusta hacer excursiones por la naturaleza, leer novelas e incluso ha participado en una serie de TV3, “Això no és Suècia”, donde interpretó el papel de un padre ficticio con tres hijos, un rol que, en realidad, conoce muy bien.
Te contamos la investigación que está llevando a cabo en la Fundación Pasqual Maragall y cómo ve el futuro de la prevención y detección de la enfermedad.
Estudió Medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona y, a continuación, hizo la residencia en neurología en el Hospital Clínic. Cuando terminó, hizo el doctorado en demencias rápidamente progresivas y, más adelante, empezó a trabajar en el Banco de Cerebros haciendo neuropatología, que es la rama de la medicina centrada en el análisis del tejido nervioso para diagnosticar e investigar enfermedades que afectan al cerebro. Actualmente, compagina su trabajo como neurólogo asistencial en el Hospital del Mar con la investigación que se lleva a cabo en la Fundación, desde 2017.
–¿Podrías contarnos en qué proyectos o áreas te enfocas dentro de la Fundación? Lidero el grupo de investigación clínica y en factores de riesgo para enfermedades neurodegenerativas. Nuestra investigación se centra en dos grandes líneas. Por un lado, identificar los cambios cognitivos más iniciales durante la fase preclínica de la enfermedad con el objetivo de detectarla lo antes posible y, por otro, entender los factores de riesgo modificables, como los cardiovasculares, los específicos en mujeres o los relacionados con el sueño, para desarrollar estrategias preventivas.
–¿Por qué empezaste a trabajar en el ámbito de la neurología y, en concreto, en los factores de riesgo de las enfermedades neurodegenerativas? Siempre me ha interesado el cerebro y la forma en que aprendemos sobre su funcionamiento cuando una de sus partes deja de funcionar debido a una enfermedad. La investigación en neurología tiene mucho camino por recorrer y ahora estamos viviendo un progreso espectacular. La prevención, en particular, es un terreno con muchas posibilidades, pero todavía debemos seguir trabajando para llegar a una estrategia óptima. Además, está muy alineada con el propósito de la Fundación y con nuestras cohortes de investigación.

–¿Cómo ha evolucionado la investigación del Alzheimer en los últimos años? Desde que empecé la especialidad en 2008, el cambio ha sido espectacular. En estos 17 años, el diagnóstico de la enfermedad ha dado un gran salto con el desarrollo e implementación de biomarcadores en la práctica clínica, como la punción lumbar o el PET amiloide. Esto nos permite entender mejor la enfermedad y su evolución. Además, tras muchos años de intentos frustrados, ahora tenemos fármacos como los anticuerpos antiamiloide que pueden frenar su progreso.
Ahora tenemos fármacos como los anticuerpos antiamiloide que pueden frenar su progreso
ORIOL GRAU
–Como investigador, ¿dónde crees que se están logrando los avances más importantes? Los avances más importantes para derrotar el Alzheimer se están logrando en el campo del diagnóstico precoz y en el desarrollo de nuevos fármacos. Aún existen barreras claras en el acceso, ya que está limitado por la falta de personal, equipamiento y recursos, pero ya disponemos de buenos biomarcadores con los que estamos viviendo un cambio de paradigma muy importante en cuanto al diagnóstico precoz.
–Y para terminar, una pregunta que siempre nos gusta hacer: ¿algún recuerdo que nunca querrías olvidar? El más reciente que me viene a la cabeza es del verano pasado. Fue un verano duro porque mi hija tuvo un accidente, pero a la vez también fue un verano feliz porque pudimos pasar mucho tiempo juntos, en familia, haciendo excursiones y superando ese momento complicado todos juntos.
Fuente: fpmaragall.org