Redacción
El Espacio Natural de Doñana ha iniciado el verano con unas 16.000 hectáreas de marisma aún inundadas, lo que representa el 47 % de la superficie total, una situación “excepcional” para esta época del año. Así lo ha informado la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), que destaca el impacto de las lluvias tardías como principal factor de esta anómala persistencia del agua.
Las intensas lluvias que han caído durante el primer trimestre de 2025 en el parque, han provocado una inundación excepcional de la marisma, uno de los ecosistemas más importantes de la provincia de Cádiz. Este fenómeno es el resultado de una combinación de factores como las lluvias tardías, el nivel elevado tanto del río Guadalquivir como del mar, y la influencia del dique de la Montaña del Río, que ha ralentizado el proceso de desagüe de la marisma. Actualmente, esta se encuentra a un 47% de su capacidad inundada, lo que tiene implicaciones tanto positivas como negativas para la biodiversidad del parque.
El mantenimiento del agua durante tanto tiempo se debe, principalmente, a que la mayoría de las precipitaciones llegaron tarde, al final del invierno y comienzo de la primavera. Esto provocó un aporte continuo de agua desde los arroyos hasta fechas muy recientes, prolongando el funcionamiento de la marisma como humedal activo.
Otro elemento determinante es que este ha sido el segundo ciclo con precipitaciones tan intensas desde que en 1998 se construyera el dique de la Montaña del Río, tras el desastre de Aznalcóllar.
A ello se suma que las fuertes lluvias en la cuenca del Guadalquivir y el aumento del nivel del mar durante las mareas vivas han ralentizado el desagüe de las marismas. Este equilibrio hídrico favorece la reproducción de aves acuáticas, pero también puede derivar en consecuencias ecológicas negativas.

El impacto de esta prolongada inundación ha sido positivo para los ecosistemas acuáticos, como el de las aves acuáticas, cuya reproducción se espera que se vea favorecida. Sin embargo, también hay consecuencias negativas, como la proliferación de especies invasoras y cianobacterias, cuyo seguimiento está siendo intensificado por las autoridades ambientales. Además, la situación de las lagunas temporales de Doñana, hábitats de gran valor ecológico y catalogados como de conservación prioritaria, sigue siendo preocupante.
A pesar de los datos positivos en la marisma, la recuperación global del sistema hídrico será lenta y compleja, y requerirá medidas de gestión sostenida a largo plazo. La restauración de las lagunas y la protección del acuífero son tareas urgentes para garantizar el futuro de Doñana como ecosistema único en Europa.
Fuente: portaldecadiz lavozdelsur