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    Australia apuesta por el autoconsumo en las escuelas

    Más de 130 colegios han integrado baterías y energía solar en redes virtuales

    Redacción

    El uso de almacenamiento en baterías se está convirtiendo en la norma en escuelas solares, con más de 130 centros educativos en Australia integrando esta tecnología. El objetivo es claro: reducir emisiones, ahorrar en costos energéticos y aumentar la resiliencia de las instalaciones escolares frente a interrupciones en el suministro eléctrico.

    El cambio responde tanto a iniciativas gubernamentales como a la caída en la rentabilidad de los excedentes de energía solar enviados a la red, debido a la reducción de las tarifas de inyección. Con baterías, las escuelas pueden aprovechar más su propia energía, almacenándola para su uso posterior en lugar de depender del mercado.

    Muchos de estos proyectos se desarrollan bajo el concepto de Planta de Energía Virtual (VPP), donde varias escuelas conectan sus sistemas solares y de baterías a una red inteligente. Esta estrategia no solo reduce facturas y emisiones, sino que además refuerza la estabilidad del sistema eléctrico en general.

    En Nueva Gales del Sur, el Smart Energy Schools Pilot Project del gobierno estatal ha permitido instalar 17 megavatios (MW) de energía solar y 4,6 megavatios-hora (MWh) de almacenamiento en baterías en 79 escuelas. Estas instalaciones están generando ahorros anuales de 3.227 toneladas de CO₂ y 800.500 dólares australianos.

    Un caso destacado es el Nimbin Central School, con una batería de 60 kWh y 66 kW de paneles solares. La escuela genera 100 MWh al año, lo suficiente para cubrir su consumo anual, convirtiéndose en una escuela energéticamente autosuficiente y ofreciendo a los estudiantes una experiencia educativa real sobre el cambio climático y la transición energética.

    ANTE DESASTRES Y ZONA REMOTAS

    En regiones propensas a desastres naturales o con acceso limitado a la red, las baterías se están usando como sistemas de respaldo energético. En 2024, el Healesville High School en el Valle de Yarra —una zona vulnerable a incendios forestales— instaló 152 kWh de almacenamiento junto a 50 kW de paneles solares, asegurando el suministro eléctrico en caso de fallas.

    Otros ejemplos, como el Apollo Bay P-12 College, han priorizado sistemas que aseguran servicios esenciales durante cortes: calefacción, agua caliente o carga de dispositivos, críticos en situaciones de emergencia.

    El modelo no se limita a la red convencional. En lugares donde la conexión a la red resulta costosa o poco práctica, algunas escuelas han optado por soluciones completamente desconectadas del sistema eléctrico. Es el caso de Atlantis Beach Baptist College, en Two Rocks, Australia Occidental.

    Ante un presupuesto de 250.000 dólares australianos para conectarse a la red, la escuela optó por un sistema solar de 20 kW con una batería de 30 kWh, complementado con un termo eléctrico por bomba de calor. Desde 2017, opera exitosamente off-grid.

    El avance de las escuelas solares con almacenamiento va mucho más allá de la reducción de facturas. Representa un cambio estructural hacia una educación más ecológica, autosuficiente y resiliente.

    Este modelo es escalable y replicable a nivel global, especialmente en regiones con alta radiación solar. Impulsar estas tecnologías en escuelas no solo es una decisión energética inteligente, sino también una inversión directa en el futuro del planeta y sus ciudadanos más jóvenes.

    Fuente: ecoinventos