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    La escuela de Colombia que gana un premio mundial sin tener biblioteca ni Internet

    Redacción

    Esta historia ocurrió en el Huila, la región más cafetera de Colombia, el país que produce uno de los cafés más ricos y populares del mundo. Allí, en la zona de San Francisco, como en cualquier otro territorio rural de ese país, ser niño, niña o adolescente y estudiar para obtener el diploma de bachillerato es toda una hazaña. Por esto, es la historia de un éxito muy improbable.

    De acuerdo con un estudio reciente de la Universidad Javeriana, el 79,8% de las sedes educativas en las zonas rurales colombianas no cuentan con Internet, el 18,1% ni siquiera tienen servicio de energía eléctrica y el 61,5% de los estudiantes rurales tienen que desplazarse a sus colegios a pie y en medio de territorios que suelen ser muy extensos. Por eso no es extraño que hoy, la Institución Educativa Montessori, sede San Francisco, no tenga biblioteca ni sala de profesores. Lo que sí es extraordinario es que con los pocos recursos que opera haya logrado ganar más de 30 premios nacionales e internacionales por su propuesta educativa.

    Y lo que resulta casi milagroso es que recientemente haya recibido US$ 50.000 por ganar el premio de mejor escuela del mundo en acción ambiental, superando a colegios de países como Emiratos Árabes, Filipinas, China, Argentina y Canadá. Este premio fue un logro en el que trabajó la comunidad educativa por más de seis años y bajo el nombre de CafeLab, un innovador laboratorio inspirado en la naturaleza cafetera de las familias de sus 380 estudiantes.

    Así que la mayoría de los estudiantes crecieron en fincas cafeteras, pertenecen a familias dedicadas a la recolección del café o están cercanos a alguna actividad económica basada en el grano del café. Y ese fue el punto de partida del proyecto del profe Ramón, como lo llaman en la escuela. “Yo empiezo a desarrollar un ejercicio de aprendizaje basado en proyectos, pensando en que lo que se le enseñe al estudiante tenga un sentido para él. De nada sirve enseñarle al niño, por ejemplo, el número complejo si él no lo va a usar en su vida cotidiana porque luego lo olvida”.

    El profe y sus estudiantes empezaron entonces con una primera fase de observación, hicieron salidas pedagógicas y se enfocaron en entender las prácticas de producción de la comunidad. “Así empezamos a encontrar que detrás de esa producción de la taza de café de buena calidad hay un impacto ambiental del que no se habla en Colombia. Se habla del mejor café del mundo, pero detrás de ese café hay un problema enorme de contaminación.”

    “Alguien puede decir que al ser residuos naturales y orgánicos se pueden arrojar sin problema para que se descompongan, pero el problema es que el ecosistema no está preparado para una alta carga de esos desechos orgánicos, 20.000 hectáreas generando por ejemplo la pulpa (cáscara) que es altamente ácida, van a alterar la acidez del suelo y por tanto el ecosistema. Además, varios residuos terminan en las quebradas y ríos de la zona, contaminando el agua”.

    COMUNIDAD Y TERRITORIO

    Con el problema identificado, el profesor y los estudiantes empezaron a trabajar en posibles soluciones. Su idea era crear una relación directa entre la escuela y la comunidad y entre la comunidad y el territorio. Cada propuesta de solución se ha trabajado como un proyecto en sí mismo que debe cumplir tres etapas: inmersión, transferencia y comunicación.

    “Empezamos a hacer inmersión. Haciendo lectura de antecedentes y trabajos de campo. Es decir, vamos a zona y encuestamos, entrevistamos, medimos con sensores, le enseñamos al estudiante a programar sensores para que mida calidad de agua, calidad del aire, de ph, del suelo, la humedad. También le enseñamos a utilizar el dron para que haga medición de perímetros”.

    Detrás de cada taza de café hay un impacto ambiental del que no se habla en Colombia

    RAMÓN MAJÉ FLORIANO

    Pero, conseguir esos equipos y herramientas que menciona el profesor no ha sido nada fácil, los pocos que tienen los han adquirido con mucho esfuerzo. “A veces la gente comenta que quizás hemos ganado los premios con suerte pero no se imaginan todo lo que hemos tenido que hacer. La institución hoy no tiene sala de profesores, no tiene biblioteca y hasta hace ocho meses no tenía conexión a Internet”. En el camino participaron en varias ferias de ciencia locales, nacionales e internacionales y ganaron 30 premios.

    El proyecto ya tiene varias líneas de acción en diferentes temas ambientales como energías renovables, materiales, alimentación y recursos agrícolas. Y uno de sus mayores logros es haber cambiado el plan de estudios de todas las sedes de la institución educativa.

    Fuente: bbc.com y lanacion.com.ar