Redacción
Un estudio reciente ha revelado una posible conexión evolutiva entre las orejas humanas y las branquias de peces antiguos. La investigación, publicada en Nature, sugiere que el cartílago que compone la parte externa del oído podría haber surgido a partir de estructuras presentes en los peces prehistóricos, lo que reconfigura la comprensión sobre la evolución de los vertebrados.
Los científicos han identificado un tipo de cartílago elástico en las branquias de peces como el pez cebra (Danio rerio) y el salmón atlántico (Salmo salar). A través de estudios genéticos, descubrieron que las secuencias responsables del desarrollo del cartílago en las branquias de estos peces comparten similitudes con las que regulan la formación de las orejas externas en mamíferos.
Para verificar esta relación, los investigadores introdujeron elementos genéticos humanos en peces cebra y observaron cómo estos activaban la formación de cartílago en las branquias. Posteriormente, realizaron el proceso inverso: insertaron secuencias genéticas de peces en ratones, lo que desencadenó actividad en sus orejas externas.
Los resultados indican que los programas genéticos que impulsan el desarrollo de branquias en peces han sido reutilizados en la evolución para originar estructuras como las orejas externas. Además, el análisis de anfibios y reptiles sugiere que este proceso ya estaba en marcha hace aproximadamente 315 millones de años.
El estudio también detectó una relación evolutiva con los cangrejos herradura, invertebrados que llevan más de 400 millones de años en la Tierra. La identificación de similitudes genéticas entre estos animales y los peces refuerza la teoría de que la evolución no crea estructuras nuevas desde cero, sino que adapta y modifica las preexistentes.
Fuente: El Confindencial