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    Pérez: “Para la familia ver al enfermo de Alzheimer sonreír lo es todo”

    Redacción

    El neuropsicólogo Enrique Pérez (Ávila, 1980) lleva trabajando en el Centro de Referencia de Atención de Personas con Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias (CREA) en Salamanca, desde el 2010, ahora como responsable de investigación.

    Siempre sueño con el momento en el que alguien me diga que ya hay cura para el Alzheimer. ¿Será usted?
    No. Nosotros no investigamos eso, nosotros no desarrollamos fármacos ni estamos investigando las bases biológicas de la enfermedad. No es el trabajo del Centro de Referencia Estatal de atención a personas con enfermedad de Alzheimer y otras demencias de Salamanca.

    Pero este centro se dedica a la investigación
    Este centro, que dependen del Imserso y, a su vez del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, trabaja la parte sociosanitaria que responde a la atención a las personas con demencia -la enfermedad de Alzheimer es la más común- y también a sus familiares. Aquí tenemos un centro de día, con unas 40 pesonas, y una zona residencial, en la que ahora mismo hay 26 pacientes. Y aprovechando la presencia de todos ellos comprobamos la validez de algunas terapias no farmacológicas, que es lo que trabajamos nosotros. Intervenciones como pueden ser la musicoterapia, la reminiscencia, la estimulación cognitiva, la terapia con animales o la terapia robótica…

    ¿Y funcionan?
    Funcionan, un ejemplo claro es la estimulación cognitiva, el hacer ejercicios de memoria, actividades intelectuales con las personas con Alzheimer.

    ¿A qué nivel?
    Al mismo nivel que funcionan los fármacos que teníamos disponibles hasta hace unos pocos años, que no consiguen frenar la enfermedad, pero de alguna manera mantenían la capacidad cognitiva un poquito más de tiempo. La estimulación cognitiva se ha comprobado que tiene la misma eficacia pero además también mejora el estado de ánimo de las personas y les permite mantenerse más activos. Hay otras terapias como la musicoterapia, que también se ha comprobado que son eficaces.

    ¿Ralentizan la pérdida de memoria?
    No sé si la memoria estrictamente, porque la memoria es un síntoma, el más grave, y se ve muy afectada. Pero desde luego, hacer actividades intelectuales cuanto antes mantiene durante más tiempo la agilidad mental. Entre ellas, la memoria. Lo que pasa es que es uno de los objetivos más difíciles de trabajar y llega un momento que quizá no es lo más importante. Porque estás luchando contra la propia enfermedad, el avance inexorable de la enfermedad, el momento en que no quedan neuronas vivas en el hipocampo, que puedan hacer tareas de memoria, con lo cual no podemos entrenar la memoria de ninguna forma.

    Investigamos terapias para mejorar la calidad de vida del enfermo de Alzheimer

    ENRIQUE PÉREZ

    Lo que tratas es de atender a otros síntomas que sí puedes tratar, por ejemplo, la desorientación o el malestar psicológico de las personas, la depresión, la apatía, la ansiedad o incluso otros más graves, como la agitación, agresividad o la deambulación, personas que camina continuamente sin parar, trastornos del sueño. Esos trastornos generalmente vienen derivados de que la persona no tiene alguna necesidad cubierta. A lo mejor se aburre, a lo mejor se siente solo, a lo mejor tiene dolor o tiene frío. Eso es lo que nosotros tenemos que evaluar y conocer a la persona para implementar estas terapias lo antes posible…Quizá lo más importante no es la memoria y sí otras cosas, como el mantener la capacidad para hacer las actividades del dia a día, que la persona puede ser autónoma en casa el mayor tiempo posible, que pueda mantenerse su independencia, aún sin memoria..

    Se puede conseguir. A ver, es que el trastorno de memoria no es absoluto y radical, es un trastorno que va poco a poco y además se centra en recordar lo más cercano y lo más inmediato. No voy a recordar lo que he comido antes o con quién he estado esta mañana o qué actividad estuve haciendo ayer, pero recuerdas tu vida pasada. Igualmente se mantienen los hábitos y las costumbres de las personas. Tú te levantas en tu casa, tienes el hábito de vestirte, asearte, desayunar. Eso se puede mantener o se puede promocionar. Lo que hacemos nosotros o las terapeutas que trabajan en este ámbito es intentar facilitar la autonomía de la persona el mayor tiempo posible, que en algunos casos puede ser entrenando directamente, trabajando esta actividad, dividiéndola por pasos, viendo dónde tienes dificultad.

    Fuente: lavanguardia