Redacción
Tras 20 años de producción, finalmente llegó a su destino la cámara LLST, una potente y enorme cámara digital que desentrañará algunos de los mayores misterios del universo. Evidentemente no es una cámara común. Y no es sólo por su tamaño -similar al de un automóvil mediano-, ni por su peso -poco más de 3000 kg.
Es que para poder ver una imagen completa capturada por esta cámara digital de 3.2 gigapíxeles, se necesitarían unos 378 televisores 4K. Su ultra alta definición nos permitiría ver con toda nitidez una pelota de golf a 25 km de distancia
De acuerdo con sus creadores, los 3.200 millones de píxeles son suficientes para cubrir aproximadamente 10 grados cuadrados del cielo, equivalente a 40 veces el tamaño de la luna llena. Y tomará instantáneas del cielo cada 15 segundos, lo que significa una increíble cantidad de información.
El sitio web del Observatorio Rubin, señala que la cámara LSST tomará cientos de imágenes del cielo del hemisferio sur, en los 10 años previstos de duración del estudio llamado “Investigación del Espacio-Tiempo como Legado para la Posteridad” (LSST).
En cada una de las 3650 noches que durará el estudio, el Observatorio Rubin generará cerca de 20 terabytes de datos, y al final de la investigación, el conjunto de datos resultante será gigantesco: ¡cerca de 60 petabytes!
Estos datos serán utilizados por astrónomos en todo el mundo, quienes tendrán acceso a la información a través de un portal en línea llamado Plataforma Científica de Rubin, sin necesidad de sofisticados equipos o sistemas de computación… sólo una PC con acceso a internet. Es una espléndida oportunidad global para potenciar descubrimientos científicos en las siguientes áreas:
- La naturaleza de la materia oscura y la comprensión de la energía oscura
- Catálogo del Sistema Solar
- Cartografía de la vía Láctea
- Exploración del cielo cambiante, es decir, el estudio de los objetos que se mueven o presentan cambios en su brillo
Ensamblada en el Laboratorio Nacional de Aceleradores SLAC, la cámara cuenta con 189 sensores individuales de tipo CCD (dispositivos de carga acoplada, por sus siglas en inglés). El plano focal tiene 64 cm de ancho, permitiendo un campo de visión de 3.5 grados equivalente a un área 40 veces más grande que el tamaño de la luna llena. Su lente es de 1.57 metros de largo y presenta un grosor de 10 centímetros.
El diseño estuvo a cargo del Lawrence Livermore National Laboratory, y su construcción comenzó en 2014, cuando la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) autorizó $ 27.5 millones de dólares de su presupuesto para el pago a la Ball Aerospace and Technologies Corp. Otros aportantes fueron el ingeniero de software húngaro Charles Simonyi (quinto turista espacial), quien donó 20 millones de dólares al proyecto, y Bill Gates, con una donación de 10 millones de dólares.
Una vez armada, un equipo técnico equipó un embalaje a medida con registradores de datos especializados, monitores y GPS conectados para rastrear las condiciones de su viaje. En un vuelo charter, el contenedor con su preciosa carga partió desde el aeropuerto de San Francisco a Santiago de Chile el 14 de mayo, y una vez allí comenzó el traslado por tierra. Tras cinco horas de viaje por un camino de tierra de 35 kilómetros, el día 16 llegó al Cerro Pachón, a 2.700 metros de altura en la Cordillera de los Andes, donde se colocará sobre el reflector de rastreo Simony a finales de este año.
El Observatorio Vera C. Rubin es una nueva instalación astronómica situada en la cima del Cerro Pachón, una montaña ubicada unos 500 km al norte de la capital chilena.
El observatorio aún se encuentra en las etapas finales de construcción y si bien el telescopio está en su lugar, se están finalizando otros instrumentos e infraestructura. Se estima que la cámara estará montada en el telescopio a fines de este año y que el comienzo de las operaciones científicas se dará en algún momento de 2025.
Una vez que comiencen las observaciones, los astrónomos que usen Rubin podrían descubrir alrededor de 17 mil millones de estrellas y unas 20 mil millones de galaxias en el Universo distante… que nunca antes habíamos visto
Fuente: meteored / rubinobservatory