En ReTuna todo lo que se vende se recicla gracias a su inteligente ubicación
Redacción
La imagen de unos grandes almacenes como templo del consumo desenfrenado podría estar dando un giro de 180º gracias a lugares como Retuna, donde la frase “pienso, luego reciclo” cobra todo el sentido. Se trata del primer centro comercial dedicado íntegramente al reciclaje y está, cómo no, une uno de los países que más de verdad se creen el imperativo de la economía sostenible y circular para cambiar nuestro trato con el planeta.
El nombre de este rara avis procede de la combinación de Tuna, un apodo de la ciudad sueca Eskiltuna y de la palabra «reutilización». Además, nos suena a retunear. Abrió en agosto de 2015 y en sus dos años de vida, este mall escandinavo está demostrando que la economía circular es un negocio redondo. En 2016 todas sus tiendas tuvieron unas ventas totales de 8,1 millones, lo que equivaldría a la cantidad de residuos reducidos. Además han creado entre 50 y 60 nuevos empleos.
Anna Bergstrom tenía un dilema. Le encantaba el deslumbrante mundo de la alta costura, pero también había llegado a sentir que era insostenible y malo para el planeta. Ahora ha encontrado tranquilidad al dirigir un elegante centro comercial en Suecia, donde todo es de segunda mano.
“¿Notas el olor?” dice Bergstrom, mientras examina su centro comercial desde el entresuelo. “Huele bien aquí, ¿cierto?”. Confiesa que, por lo general, se desanima por el olor de las tiendas de segunda mano, explica, a pesar de que adora la moda vintage.
Es muy importante para Anna que este lugar sea atractivo, porque siente que está haciendo una declaración. Todo lo que se vende aquí, en 14 tiendas especializadas que cubren todo, desde ropa hasta herramientas de bricolaje, se recicla.
RECICLAJE CERCANO
La clave para alimentar el proyecto reside en el centro de reciclaje situado al lado del centro comercial, donde la gente puede dejar cosas que ya no quiere, pero que pueden ser utilizadas de nuevo después de ser reparadas o transformadas en otro producto de forma creativa, lo que se conoce en estos tiempos modernos en los que vivimos como upcycling. Convirtiendo ese desperdicio en una oportunidad, sin cargar al gobierno local con esa responsabilidad. Las mercancías dejan de ser desechos y se vuelven a poner en circulación, ahorrando materiales, tiempo y energía.
Para la mayoría de las personas, los mercados de pulgas y las tiendas de caridad llevan un estigma, piensa, una marca dejada por innumerables malas experiencias. Con demasiada frecuencia son dignos pero deprimentes, dice Anna. Su misión es llevar las compras de segunda mano a la corriente principal.
Fuente: elasombrario.publico.es y bbc.com