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    Agujeros en el fondo del océano que expulsan chorros de fluido caliente

    Son buenas noticias para la ciencia, ya que el hallazgo podría servir en la lucha contra los imprevisibles terremotos

    Redacción

    Recientemente, se ha conocido la publicación de un estudio en la revista Science Advances, en el que se muestran misteriosos agujeros de los que emanan humo y localizados en el fondo marino de la costa de Oregón. El descubrimiento podría ser la antesala de un terremoto en la zona, con lo que su hallazgo podría servir para estudiar uno de los fenómenos naturales más destructivos del planeta.

    Saber actuar en caso de terremoto y conocer las zonas de España donde más probabilidades hay de que se produzcan nos podrían salvar de angustiosos momentos. Ahora, la ciencia puede tener la llave de su detección prematura.

    La falla de Cascadia, localizada en la misma zona donde se han encontrado los agujeros humeantes, que parece ser que se encuentra bajo una región marina llamada ‘Pythia’s Oasis’, está mostrando un fenómeno pocas veces visto, pero que podría ser tan útil como peligroso. Y es que esta falla, que podría ser culpable de terremotos de escala 9 o superior y tsunamis de olas de más de 30 metros de altura, parece haber creado, al menos, cuatro respiraderos por los que están saliendo chorros de fluido caliente.

    Los agujeros, tal y como puedes ver en el vídeo sobre estas líneas, miden alrededor de 5 centímetros de diámetro, se encuentran a 80 kilómetros de la costa y parece que expulsan fluidos originados a 4 kilómetros de profundidad, donde las placas tectónicas se unen. Los investigadores sospechan que este escape de fluidos podría influir en la interacción entre las placas y, en consecuencia, influir en los terremotos que puedan surgir en la zona. Eso sí, el asunto no parece ser tan sencillo como detectar el chorro de fluido y esperar un terremoto.

    Parece que fue Brendan Philip, estudiante de la Universidad de Washington, quien descubrió los agujeros en un crucero de investigación y ha sido un profesor de la propia universidad el que ha publicado el artículo que te comentábamos anteriormente. En sus declaraciones, publicadas en el medio Live Science, Evan Solomon asegura que:

    Exploraron en esa dirección y lo que vieron no fueron solamente burbujas de metano, sino agua saliendo del fondo marino, como si fuese un manguera de bomberos

    Una de las teorías que maneja el equipo de investigadores es que los fluidos podrían estar ralentizando la aparición de terremotos en la zona, debido a que provocarían movimientos lentos en las placas tectónicas. Aún así, según afirma Demian Saffer, director del Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas, aún no se sabe demasiado sobre este tipo de fluidos, con lo que es muy pronto aún para conocer su efecto en eventos tan inesperados como los terremotos.

    Fuente: Mundo Deportivo