Redacción
Ya somos conocedores de numerosa información sobre nuestros propios sueños: sirven para consolidar los recuerdos y reforzar conexiones neuronales, así como para ser fuente de inspiración de artistas y motivo de estudio de filósofos y científicos.
Pero, ¿y los animales?, ¿también sueñan? La respuesta es sí. Hay estudios como este de la revista académica Neuron que afirman que las ratas sueñan repitiendo los acontecimientos del día y libros como When Animals Dream: The Hidden World of Animal Consciousness en el que David Peña-Guzmán analiza desde la ciencia y la filosofía cómo muchos animales como los pulpos ejecutan “simulaciones de realidad” mientras duermen.
Pero son los sueños de los perros el caso con mayor número de estudios y evidencias que afirman que, además de que tienen fases del sueño muy similares a las de los humanos, también tienen la capacidad de soñar.
¿De verdad mi perro sueña?
Quizá, observando a nuestro can muchos ya hubiéramos imaginado que el motivo por el que gime, ladra o mueve la cola, las patas, las orejas o los bigotes mientras duerme se deba a que está soñando, pero lo cierto es que las evidencias científicas al respecto llegaron no hace tantos años.
Uno de los mayores expertos en psicología animal, autor de La fabulosa inteligencia de los perros y neuropsicólogo, Stanley Coren, apuntó que “que los perros no soñaran nos habría producido una sorpresa mayor que saber que sí lo hacen” en la revista científica Psychology Today.
Él y otros expertos ya han demostrado que el cerebro de los perros no dista tanto del humano en lo que al sueño se refiere, de hecho, tiene una estructura con ondas cerebrales similares.
A través de encefalogramas se ha podido corroborar que los perros pasan por las mismas etapas de actividad observadas en el sueño de los humanos, aunque con algunos matices que las diferencian.
¿Cuáles son las fases del sueño de mi perro?
En primer lugar, el sueño de ondas lentas es una fase de sueño ligero, en la que el corazón y otros órganos se relajan manteniéndose instintivamente alerta ante los estímulos externos, sobre todo en el caso de los canes.
Por su parte, la fase de sueño profundo, más conocida como REM, es aquella en la que toma forma el universo de los sueños y cuyas siglas se desglosan en Rapid Eyes Movement (Movimiento Rápido de Ojos).
Esta fase es nombrada así básicamente porque si levantáramos los párpados de nuestro perro mientras duerme, veríamos unos rápidos movimientos oculares.
Estos son la prueba de que su cerebro sigue aumentando su actividad a pesar de estar en este estado de relajación tan profundo en el que “desconecta” ante cualquier estímulo externo y que se conoce como fase REM.
Un sueño menos profundo
Diversos estudios también han demostrado que el instinto animal de los canes provoca que su sueño sea menos profundo que el nuestro.
Esto se debe a que han heredado el estado de vigilia de los lobos y coyotes, animales que Marc Bekoff, profesor de Ecología y Biología de Universidad de Colorado Boulder y autor de Canine Confidential: Why Dogs Do What They Do, ha pasado horas investigando mientras duermen.
Así, puede afirmar que los primos salvajes de nuestros perros muestran los mismos comportamientos que estos durante el sueño. Este sueño no tan profundo implica que solo un 10% del día de nuestro perro corresponde a la fase REM.
Es la razón por la que tienen menos tiempo para soñar y requieren más horas de sueño que nosotros. Esto se debe a que duermen de manera discontinua, entre cinco y 20 minutos seguidos desvelándose otros cinco, y así sucesivamente.
“El otro 44-48% de su tiempo lo pasan despiertos, el 19- 21% en situación de somnolencia y el 22-23% en sueño de onda lenta. Es decir, 50% vigilia y 50% sueño, sea éste más o menos profundo”, afirma la etóloga Rosana Álvarez Bueno en Huella Canina.
Los espasmos y otros movimientos del perro mientras duermen no deben preocuparnos ya que, como explica la etóloga y adiestradora canina Jungla Luque en Experto Animal, “pese a que el cerebro por seguridad limita la movilidad del cuerpo, esta desconexión no siempre es completa y, por esta razón, parte de los movimientos o estados en los que se encuentra el perro mientras sueña, se manifiestan físicamente.”
Pero, ¿con qué sueña mi perro?
Un estudio publicado en la revista Scientific Reports descubrió que, efectivamente, lo más probable es que los perros utilicen el sueño para afianzar los recuerdos y aprendizajes establecidos mientras están despiertos.
Esta es, entonces, una buena explicación de por qué los cachorros duermen más y con mayor profundidad que los adultos o ancianos, pues tienen un mundo por descubrir y por asentar en su cerebro a través de los sueños.
La psicóloga de Harvard Deirdre Barrett, expresidenta de la International Association for the Study of Dreams también está de acuerdo con que los perros asientan aprendizajes y los reviven durante los sueños.
Aprendizajes basados en sus experiencias cotidianas como el paseo por el parque, el juego con la pelota que tanto les gusta o esa chuche tan deliciosa.
Y sí, en todos esos aprendizajes estamos sus humanos al lado, motivo por el que seguramente seamos los protagonistas de sus sueños. Así lo explica Barret en su ensayo Pandemic Dreams: “como suelen estar muy apegados a sus dueños, es probable que tu perro sueñe con tu cara, tu olor, con agradarte o molestarte”.
¿Y tienen pesadillas?
Aunque a todos nos gustaría evitarle ese mal trago a nuestro amigo peludo, lo cierto es que sus sueños pueden ser tanto positivos como negativos. Es bastante probable que si el can realiza movimientos bruscos o llora y gruñe durante el sueño, se deba a que dicho sueño no está siendo el más agradable de su vida.
Aun así, muchos expertos afirman que este universo es tan desconocido que nunca vamos a saber a ciencia cierta lo que sueñan exactamente nuestros perros.
Lo que nos demuestran todos estos estudios, según Peña Guzmán, es que “el sueño es un recordatorio realmente poderoso de lo mucho que hemos subestimado y estudiado a los animales y de hasta qué punto la mente animal sigue siendo ese territorio inexplorado del que sabemos relativamente poco”.