La emblemática ‘domus’, decorada con escenas sexuales, ha sido sometida a un largo proceso de restauración
Redacción
Este es un lugar que quedó detenido en el tiempo. La Casa de los Vettii fue una de las pocas edificaciones que se mantuvieron intactas tras la erupción del Vesubio que destruyó la antigua ciudad romana de Pompeya en el año 79 de nuestra era. La construcción, considerada la “Capilla Sixtina de Pompeya“, es un testimonio de la abundancia de una familia y la cultura de un pueblo que terminó sepultado.
La Casa de los Vettii es una de las “domus” más apreciadas de esta antigua urbe romana a las puertas de Nápoles, arrasada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C y Patrimonio de la Humanidad.
La Casa de los Vettii, además de ser uno de los máximos ejemplos del arte romano del siglo I, conserva una serie de frescos y estatuas de marcado carácter erótico. Su jardín, rodeado por columnas contaba con un sistema de agua y pequeñas fuentes, ha recuperado dos estatuas originales, entre estas la de Priapo, dios de la abundancia y reconocido en la iconografía clásica por su enorme pene, también dibujado en sus muros.
Su jardín, rodeado por columnas contaba con un sistema de agua y pequeñas fuentes, ha recuperado dos estatuas originales, entre estas la de Priapo, dios de la abundancia y reconocido en la iconografía clásica por su enorme pene, también dibujado en sus muros.
Junto a la cocina se localizó una estancia decorada con pequeños frescos de temática erótica que, según algunas hipótesis, pudo servir para ejercer la prostitución. En la pared izquierda del vestíbulo de la casa se halló la inscripción de una mujer de nombre Eutychis que era descrita como “griega y de hermosas maneras” y ofrecida por dos ases. El director del yacimiento, Gabriel Zuchtriegel, apuntó que esta mujer era una “esclava griega que pertenecía a los estratos más vulnerables de la sociedad” de Pompeya.
La parte más complicada ha sido la retirada de las capas de cera que en el pasado se aplicaron sobre los frescos para intentar conservarlos, una práctica que con los años se descubrió altamente perjudicial para los bienes culturales.
Los frescos mitológicos y sus excepcionales esculturas en mármol y bronce no solo demuestran el legado helénico de la cultura romana sino también suponen una muestra de “la vida económica y social de la ciudad” y del distinto futuro que deparaba a sus clases pobres.
Fuente: hjck