Anaïs Vauxcelles es el talento detrás de esta firma que ha logrado que las celebrities se enamoren de sus coloridas prendas realizadas con esta técnica artesanal
Redacción
Anaïs Vauxcelles es el talento detrás de 404 Studio, la firma que ha logrado que las celebrities se enamoren del croché. Su visión contemporánea y sostenible de la moda la proclamó mejor colección emergente del año en la edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid (MBFWM) 2021.
Bajo la nomenclatura del error más conocido de Internet presenta Anaïs Vauxcelles (Valencia, 1991) su laboratorio creativo, 404 Studio. Pero poco tiene que ver esta firma con el fallo. Porque esta original marca, que amalgama crochet, cine de culto y una cadencia pausada de corte contemporáneo, ganó el premio Mercedes-Benz Fashion Talent en la 74 edición. Un galardón que llega tras cuatro años de recorrido, que le han bastado a Vauxcelles para presentar una colección en el club parisino de David Lynch o protagonizar los looks de celebrities como Dua Lipa, Kylie Minogue o Griff. Pero además del perfil artístico de la propuesta, 404 Studio atrae por su manifiesto sostenible, una filosofía que se traduce en una producción lenta de piezas artesanales y colecciones anuales en las que, por encima de todo, prima el concepto.
La moda es una industria muy desafiante, ¿cuáles son las claves del éxito de 404 Studio?
Cuando comencé a trabajar en 404 Studio mi única misión (o visión) era lanzar una marca que fuese diferente. Muy única, tanto a nivel visual como narrativo. No solo quería hablar de sostenibilidad, también de tradición, darle un giro al punto y vincularlo con el cine de culto. Me imagino que tendrá algo que ver con el hecho de que nunca estudié moda, sino Bellas Artes.
El croché es parte del ADN de 404 Studio, ¿a qué se debe?
Fue algo que me encontré en el camino. Coincidió que mientras gestaba la marca hace cuatro años mi madre comenzó a tejer. Ella sabía que me gustaba mucho diseñar, me enseñó la técnica y empezamos a hacer tops juntas que vendimos a amigos y conocidos. En esos momentos, casi nadie hacía moda en croché, era algo muy diferencial. Yo buscaba un recurso que llamara la atención y empecé a trabajar con ello. Establecí un margen de tres años para ver si funcionaba y, si no llegaba a ninguna parte, pretendía dejarlo. Pero ahora ya no puedo.
No solo quería hablar de sostenibilidad, también de tradición, darle un giro al punto y vincularlo con el cine de culto
Anaïs Vauxcelle
¿De dónde viene tu pasión por la moda?
Mi abuela cosía mucho y me enseñó la técnica siendo muy jovencita. Comencé diseñando trajes para mis muñecas, soy hija única y me pasaba horas con ella haciendo manualidades. Por entonces, tenía 8 o 9 años y todavía no sabía hacer patrones.
Sin embargo, no continuaste estudiando Moda, ¿por qué?
En un primer momento, quise estudiar Moda, empecé un cuatrimestre, pero no era para mí. No me gustaban las asignaturas, me coartaban muchísimo… Fue mi madre la que me animó a estudiar Bellas Artes para adquirir una visión más global de lo que es el arte en general. Porque, para mí, la moda no es solo ropa, sino una forma de contar una historia, algo parecido a un lienzo.
¿Cómo es el proceso creativo que sigues en tus colecciones?
Lo que más me inspira es la dirección de arte, sobre eso trató el máster que hice al terminar la carrera. Para mí es esencial. Siempre aludo a que en las películas de Almodóvar el gran olvidado es Antxon Gómez, que es el director de arte y el responsable de la ‘estética Almodóvar’. Me interesa la forma de contar, no me quedo en lo que llevan los personajes, sino en lo que está detrás. A partir de ahí, realizo un análisis de la forma y pienso en los materiales que me gustaría usar. Al final es un hacer y deshacer, porque el punto se trabaja así, hasta que queda como tú quieres.
¿Es por eso que el storytelling es tan importante en 404 Studio?
Sí, es la razón por la que normalmente utilizo las películas. Los títulos que elijo tienen una dirección de arte muy marcada. Suelen estar relacionadas con la ciencia ficción, me gusta mucho ese género y soy muy retrofuturista. Me guío a partir de esas historias que normalmente tienen una moraleja o trama oculta. La Planète Sauvage, filme que inspira mi última colección, trata de unos seres que viven en otro planeta y los invasores son los humanos. Al final, lo que cuenta es que no hay especies superiores a otras, que lo más importante es la educación y que el conocimiento es poder. Es lo que intentamos contar desde la colección.
Para mí, la moda no es solo ropa, sino una forma de contar una historia, algo parecido a un lienzo
Anaïs Vauxcelle
Entonces, ¿piensas que la moda puede agitar conciencias?
Mucha gente cree que la moda es banal, pero para mí es todo lo contrario. Cuando se piensa en un periodo histórico, lo primero que viene a la mente es la vestimenta. Está muy ligada a la arquitectura en este sentido. La moda habla de corrientes, de nosotros, y es el reflejo de la sociedad. Por ejemplo, el hecho de que hayamos retomado la tradición no es casual. Somos una sociedad que vive tan rápido que es innegable la vuelta a lo lento. Es el motivo por el que diseño una moda lenta, es una reivindicación. Tenemos que parar, pensar bien las cosas y luego continuar. De esta manera se trabaja el croché, no se puede imitar en máquina, solo puede tejerse a mano. Todo lo que creo está tocado por unas manos y eso tiene un valor.
La pasarela se caracteriza por la temporalidad, ¿cómo adaptas tú esta filosofía slow a los desfiles?
Para mí la pasarela es importante por la experiencia que ofrece y la forma en que te permite llegar al consumidor. Se habla mucho del marketing experiencial y yo soy una gran defensora. No es lo mismo que te enseñen un vestido en una foto a que lo veas en movimiento, con una peluca que te transporta a un universo totalmente ajeno mientras escuchas una música que cuenta una historia. Todo ello te sumerge en la narrativa del diseñador y así se conecta con el público.
Además de utilizar tejidos reciclados y producir de forma local, ¿cuál es vuestra aproximación a la sostenibilidad?
Durante la pandemia escribí un manifiesto de marca. Creo que una forma de lucha contra la sobreproducción es diseñar una única colección al año, que englobe primavera, verano, otoño e invierno. Es una vía más sostenible y cuidada de narrar un proyecto. Cuando tienes que hacer varias colecciones cada 12 meses, al final, no cuentas nada. Es la pequeña contribución de 404 Studio para combatir los excedentes y la falta de cuidado.
Presentaste tu primera colección por todo lo alto, en el Club Silencio, propiedad de David Lynch. ¿Cómo surgió esta oportunidad?
Cuando terminé mi máster, tenía un proyecto de moda muy especial. Una amiga que vivía en París me dijo que ese era el club donde realizaban las fiestas las grandes marcas de moda como Chanel, Givenchy… En ese momento solo había diseñado una colección cápsula que no tuvo visibilidad. Pero sabía que el dueño de ese club era David Lynch y la colección que quería presentar estaba inspirada en Suspiria, de Dario Argento, que es otro gran director, por lo que intuía que les iba a gustar. Fue un salto al vacío, hicimos un fashion film, porque ellos tienen un cine privado, me llevé a una amiga para que cantase en directo, a otras que eran medio modelos y montamos el evento.
En 404 Studio diseñamos una única colección al año, así combatimos los excedentes y la falta de cuidado
Anaïs Vauxcelle
¿Qué supuso para la firma?
Realmente no mucho, fue más un logro personal que otra cosa. Obviamente en París se dio a conocer la marca. Pero fue un evento privado de 100 personas. Más tarde lo repliqué en Soho House en Barcelona. A continuación, me presenté a la Samsung Ego —que ahora se llama Alliance Ego— y allí recibí el premio Mercedes-Benz Fashion Talent a la mejor colección emergente del año. Realmente esa ha sido la gran plataforma para la marca.
Tanto es así que acabas de desfilar en Los Ángeles…
Vinieron muchos famosos al desfile y fue maravilloso. Me satisface saber que, poco a poco, una marca española va haciendo sus pinitos a nivel internacional.
¿Cuáles son los retos que te planteas con 404 Studio?
Lo que más me apetece es seguir expandiendo el negocio a nivel internacional, que se conozca la marca cada vez más. Pero también quiero seguir desfilando en Madrid, me gusta mucho: gracias a la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid he conseguido mucha repercusión fuera de España. En marzo no estaremos porque no entra dentro de mi filosofía de moda lenta crear una colección en 4 o 5 meses. Pero es posible que el año que viene hagamos otro show, no sé ni cuándo ni cómo, pero allí estaremos.
Fuente: Iberia.