Beinecke, ubicada en la Universidad de Yale, esconde tres ejemplares únicos de incalculable valor
Redacción
El arquitecto norteamericano Gordon Bunshaft (1909-1990) diseñó y construyó en los años sesenta del siglo XX, de forma geométrica, en travertino blanco, y sujeto por un entramado de hormigón. En esta edificación de seis plantas, no hay una sola ventana.
Pertenece a la Universidad de Yale (New Haven, Connecticut) y fue concebida para ser una biblioteca. Pero no una biblioteca cualquiera, sino en una biblioteca de Manuscritos y Libros Raros.
Se la conoce actualmente como biblioteca Beinecke y da cobijo en su torre central a unos 180.000 volúmenes. Bajo tierra, guarda la friolera de 600.000 volúmenes, así como varios millones de manuscritos.
Cada uno de sus volúmenes es más raro que el anterior. Entre sus joyas bibliófilas atesora la primera Biblia impresa de Gutenberg, el mapa de Vinlandia y el manuscrito Voynich.
La Biblia de Gutenberg
En el año 1455 se imprimió la Biblia de Mazarino, la Biblia de las 42 líneas o, como es más conocida, la Biblia de Gutenberg, ya que fue este alemán quien la imprimió en la ciudad de Maguncia.
Esta Biblia fue el primer libro impreso con caracteres móviles de toda la historia de Occidente.
Johannes Gutenberg editó 180 copias, 45 en pergamino y 135 en papel. La que alberga la biblioteca Beinecke es una de las 11 que hay en este momento en Estados Unidos y está editada en papel.
El mapa de Vinlandia
Consiste en un pergamino, de color beige, de casi 28 cm de alto por 40 cm de largo. En él aparece representado un mapamundi, presuntamente del siglo XV, que a su vez es una copia de un original del siglo XIII.
La importancia del mapa de Vinlandia radica en que, además de incorporar a Europa, Asia y África, incluye un fragmento de tierra en el margen superior izquierdo, en lo que corresponde al Océano Atlántico, a la que denomina Vinlandia.
En el pergamino se atestigua que Vinlandia fue visitada en el siglo XI. En ese momento histórico sabemos que las hordas vikingas, encabezados por Leif Eriksson (970-1020), llegaron hasta Groenlandia.
De haberse aventurado más hacia el oeste, como presupone este mapa, estaríamos ante la constancia de que los vikingos se adelantaron a Cristóbal Colon en el descubrimiento de América en más de 300 años.
El manuscrito Voynich
Durante años este manuscrito se ha convertido en el Santo Grial de la criptografía. Es un ejemplar único, al estar escrito en un alfabeto absolutamente desconocido e incomprensible.
Su nombre hace alusión a Wilfrid Voynich, el librero polaco que lo adquirió en 1912. De sus anteriores propietarios apenas tenemos noticia, lo cual acrecienta aún más su misterio.
Con la ayuda del carbono 14 se ha podido precisar que fue elaborado entre los años 1404 y 1438.
Para unos no es más que un libro de medicina medieval para mujeres adineradas, para otros un libro hebreo en donde las ilustraciones representan a mujeres judías en el momento del baño.
Hace tan solo unas semanas un investigador de la Universidad de Bristol ofreció una novedosa teoría, una más: para este académico el manuscrito está escrito en proto-romance, un idioma extinto y ubicuo en la zona Mediterránea durante el medievo.
El investigador británico defiende que el manuscrito Voynich es una especie de manual terapéutico escrito por monjas dominicas para María de Castilla, esposa de Alfonso V de Aragón. Estos son tan solo 3 ejemplos de las rarezas que podemos encontrar en la biblioteca Beinecke, una de las más curiosas del mundo.
Fuente: Cinco Noticias