Redacción
“Lo que convierte a los perros en seres únicos no es su inteligencia, sino su extraordinaria capacidad de construir relaciones de afecto con otras especies, como la humana”, asegura el psicólogo Clive Wynne, director del laboratorio de Ciencia Canina, de la Universidad de Arizona, y autor de Amor perruno, el libro definitivo para saber cuánto te quiere tu perro.
Si vives con un perro, no te sorprenderá leer que tu amigo o amiga peluda te quiere. Tampoco que el amor perruno (a diferencia de lo que ha ocurrido con los gatos, más complicados de estudiar) ha sido un objeto de estudio científico frecuente en los últimos años. Aunque no solo los perros, también los gatos nos quieren (como la ciencia, al fin, ha podido confirmar).
Aun así, los investigadores evitan incluir la palabra “amor” en sus escritos científicos sobre el afecto perruno, y suelen sustituirla por tecnicismos, como comportamiento gregario excepcional. O hablan de hipersocialibilidad; ya que la ciencia necesita encontrar términos operativos, que puedan ser cuantificados.
Pero nadie duda de que los perros nos quieren. Ni que este amor, tanto en perros como en humanos (en realidad, en todos los mamíferos) se mantiene gracias a un cóctel de moléculas que son absorbidas con diferentes efectos en nuestros cerebros. Muchas están reguladas por hormonas como la vasopresina y la oxitocina, tan de moda, y conocida como la “hormona del amor”.
Y, curiosamente, tu perro experimenta un subidón (técnicamente, un aumento de concentración) de oxitocina cuando interactúa con los demás; pero, sobre todo, cuando interactúa contigo.
1. Tu perro te prefiere a ti antes que a otro perro
Las sacudidas de cola y el baile rumbero de tu perrita cuando llegas a casa resultan señales evidentes, y muy elocuentes, del amor que te profesa. Pero existen otros comportamientos más sutiles que tu perro utiliza para mostrarte su afecto. Y decirte, escribámoslo ya, “te quiero”.
Así, la ciencia ha confirmado que la mayoría de los perros buscan activamente la proximidad con nosotros (sus humanos preferidos); y que, desde muy pronto, la atracción de los cachorros de perro es más fuerte hacia los humanos que, incluso, hacia otros perros.
También sabemos que tu camarada peludo sufre distintos grados de ansiedad cuando no estás (llamada ansiedad por separación en los perros) y que su presión arterial disminuye cuando lo acaricias. Tu perro te quiere, y tú le devuelves ese amor. No hay duda. Y la biología molecular lo confirma.
2. Tu perro levanta las cejas cuando te ve: ¡te quiere!
En otro estudio, los investigadores encontraron que cuando tu perro se reúne contigo, o te ve después de un tiempo separados, eleva sus cejas. Y, en especial, la ceja izquierda. Mientras que, si tu perrita se encuentra con un extraño o una persona a la que no aprecia especialmente, esta expresión facial resulta notablemente menos acusada.
Hay más: otra investigación revela que los perros han desarrollado un nuevo músculo facial que ejerce un poderoso efecto manipulador de los sentimientos de los humanos: una expresión facial con la que tu perro ha aprendido a robarte el corazón.
3. Ese bostezo perruno, ¡tan amoroso!
Has oído que los bostezos son contagiosos. ¿Pero, por qué? En humanos, esta reacción instintiva e incontrolada de responder a un bostezo con otro está directamente relacionada con nuestra capacidad de empatía; es decir, de ponernos en la piel de los demás. Pues bien: lo mismo le sucede a tu perro.
La ciencia ha confirmado que los perros bostezan más a menudo con sus humanos preferidos (se contagian más frecuentemente de sus bostezos) que con desconocidos. Lo que sugiere que existe un vínculo emocional.
Puesto que el ritmo cardiaco de estos perros no aumentó, los investigadores descartan que el bostezo pudiera constituir una respuesta de estrés. Todo lo contrario: si tu perro bosteza cuando tú bostezas, se trata de una declaración de amor perruno.
4. Mirada perruna, tan llena de amor
Lo dice la biología: hay miradas perrunas cargadas de amor. Los científicos también han confirmado que cuando sostenemos un contacto visual prolongado con nuestro perro existen beneficios para los dos en forma de un subidón de oxitocina (ya hemos hablado de ella, es la llamada hormona del amor).
El grupo de investigadores analizó los niveles de oxitocina en la orina, tanto de perros como de humanos, una molécula que se libera cuando dos enamorados establecen un contacto amoroso. Pues bien, cuando miras a tu perro, y él o ella te devuelve esa mirada cargada de amor, los niveles de oxitocina en vuestros cuerpos se disparan.
No hay duda: tu perro o perrita te quiere. Y te lo demuestra de todas las formas posibles. A veces con un llamativo baile rumbero peludo en la cocina. Y otras, de modo más delicado; como esa ceja elevada con la que tu perro te dice “te quiero”.
Fuente: Eldiario.es