El objetivo del investigador es aumentar el porcentaje de agua potable en el país y recuperar la fauna de lagos, humedales y pantanos con nanotecnología
Redacción
Es responsabilidad del ser humano cuidar a la naturaleza, pero esta no es una tarea fácil, pues se necesita de determinación para rescatar al medio ambiente que, con el paso del tiempo, solamente parece empeorar. Además, ¿hasta dónde puede llegar el interés de una persona para encontrarle solución a un problema tan devastador? Marino Morikawa quiso intentarlo.
Para limpiar el agua, Morikawa aplica el sistema de micro/nano burbujeo y biofiltros; además, usó un dispositivo que había rediseñado en la Universidad de Tsukuba, el cual, al unirlo con tubos de PVC, una bomba de agua, una bomba de aire y un generador electrógeno, formaba micro/nano burbujas. Esta burbuja tiene como característica la generación de corriente electrostática, gracias a los iones positivos y negativos que posee a su alrededor. Esta corriente atrae a los virus del humedal, atrapándolos en su superficie y la burbuja, al ser tan pequeña, es capaz de flotar de cinco a ocho horas en el agua. Cuando la burbuja estalla, los virus que estaban pegados a su superficie se destruyen por la liberación de radicales libres.
Por otra parte, los biofiltros absorbieron las bacterias orgánicas e inorgánicas restantes del humedal y se aprovecharon los materiales del lugar, pues estos dispositivos hechos a partir de arcilla y cerámica, cuando dejan de funcionar, sirven de materia prima para la fabricación de losetas.
En tan solo quince días el lago había recuperado la vitalidad con la que Morikawa lo conoció y, además, tres especies de peces y setenta de aves regresaron a su hábitat natural.
No es su primer proyecto, su deseo es salvar el 70% de los hábitats naturales de Perú y está trabajando en ello. Tras estudiar, gracias a una beca, su posgrado en Ciencias Humanas y Ambientales en la Universidad de Tsukuba (Japón), volvió a Perú para descontaminar El Cascajo, el humedal donde jugaba cuando era pequeño, pero que con los años y por la contaminación quedó inservible. Con esa primera intervención logró recuperar el 98% del humedal. Es más, consiguió recuperar la fauna y vegetación del lugar y atraer a aves migratorias.
La técnica de recuperación se basa en utilizar la fórmula adecuada de sustratos para poder aclarar el agua en unos segundos. “Y a partir de ahí, dependiendo de los procesos de tratamientos, es posible lograr la depuración”, explica el científico.
Su amor por los ecosistemas de ríos, lagos, humedales y pantanos viene de cuando tenía seis años y su padre le llevó a la puna y le dio agua de un glaciar para beber. Morikawa probó ese agua y confiesa que desde entonces no ha probado agua “tan deliciosa”. Ahora su objetivo es que todas las personas del mundo experimenten esta sensación al menos una vez en la vida.
Fuente: La Vanguardia y Mexico Noticias