El Comité del Patrimonio Mundial celebra en estos días su reunión anual para nuevas nominaciones a sitios culturales patrimoniales
Redacción
El Comité del Patrimonio Mundial inscribió la pasada semana cuatro nuevos sitios culturales en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, durante su 44ª reunión, que se celebró en línea presidida desde Fuzhou (China). Los nuevos sitios se sitúan en China, India, la República Islámica del Irán y España.
China – Quanzhou, emporio mundial de la China de los Song y los Yuan
Los componentes de este sitio ilustran la vitalidad de la ciudad de Quanzhou como emporio marítimo en la época de las dinastías Song y Yuan (siglos X a XIV de nuestra era), y también como punto de conexión con la China continental. Conocida con el nombre de Zayton en los textos árabes y europeos de los siglos X a XIV, Quanzhou posee antiguos edificios religiosos entre los que figura la mezquita de Qingjing (siglo XI), una de las primeras construcciones de culto musulmán de toda China. También cuenta con tumbas islámicas y con un vasto conjunto de vestigios arqueológicos de todo tipo: edificios administrativos, muelles y embarcaderos de piedra importantes para el comercio y la defensa, elementos de la red local de transportes y talleres de cerámica y metalurgia, así como inscripciones, pagodas y puentes antiguos.
India – Templo Kakatiya Rudreshwara (Ramappa), estado de Telangana
El Templo de Rudreshwara, más conocido por el nombre de Templo de Ramappa, se halla en la localidad de Palampet, situada a unos 200 km al nordeste de Hyderabad, capital del estado de Telangana. Se trata del templo más importante dedicado a Shiva, construido en un complejo amurallado en tiempos de la dinastía de los Kakatiyas (1123–1323 d.C.) durante el reinado de los soberanos Rudradeva y Recharla Rudra. Su construcción comenzó el año 1213 y se supone que duró unos 40 años. Edificado con piedra arenisca principalmente, el templo cuenta también con vigas y pilastras talladas en granito y dolerita. Su singular “vimana” –torre de forma piramidal escalonada horizontalmente– se construyó con ladrillos porosos, o “flotantes”, para reducir el peso de las techumbres. Las esculturas del templo, que son de una gran calidad artística, representan escenas de danzas regionales y elementos de la cultura de la época. El templo está situado en la falda de unas colinas boscosas y en medio de campos cultivados, cerca de las orillas del embalse de Ramappa Cheruvu construido por los Kakatiyas. Su emplazamiento se escogió de conformidad con las ideas y conductas religiosas expresadas en los textos dhármicos, que preceptúan que los templos se deben construir de manera que sus edificios formen parte integrante del medio ambiente circundante, ya sean colinas, bosques, manantiales, arroyos, lagos, zonas de recogida de aguas o tierras de cultivo.
Irán – Ferrocarril transiraní
La red ferroviaria del Transiraní une el nordeste con el sudeste del Irán, desde las orillas del Mar Caspio hasta la costa del Golfo Pérsico, atravesando dos macizos montañosos y un gran número de ríos, mesetas, bosques y planicies, así como cuatro zonas climáticas diferentes. Su construcción comenzó en 1927 y finalizó en 1938. La planificación y ejecución de sus 1.394 km de vías férreas fue el resultado de una fructífera colaboración entre el gobierno iraní y 43 contratistas de obras públicas de muchos países. Este ferrocarril se destaca tanto por sus grandes dimensiones como por la magnitud de las obras de ingeniería que fue necesario realizar para superar los obstáculos presentados por los terrenos abruptos y otros accidentes geográficos. Para su construcción hubo que cavar enormes zanjas en algunas zonas montañosas, y en otros terrenos más abruptos fue forzoso construir 174 puentes de grandes dimensiones y otros 186 más pequeños, así como horadar 224 túneles, once de los cuales tuvieron que construirse en espiral. A diferencia de una gran parte de los proyectos ferroviarios de la época, la realización del Transiraní se financió con el producto de impuestos nacionales para evitar así la intervención de inversionistas extranjeros y su ulterior control del ferrocarril.
España – Paseo del Prado y el Buen Retiro, paisaje de las artes y las ciencias
Situado en el corazón del centro de la ciudad de Madrid, este paisaje cultural de 200 hectáreas ha ido evolucionando desde que en el siglo XVI se creara el Paseo del Prado, prototipo de alameda hispánica dotada de una arboleda longitudinal dispuesta en tres hileras. En el Paseo se halla todo un símbolo emblemático de la ciudad: la plaza de Cibeles, circundada por prestigiosos edificios. Dos fuentes monumentales dedicadas a dos deidades de la Antigüedad clásica, Cibeles y Neptuno, realzan también este paisaje cultural. El sitio es sumamente representativo de la nueva concepción del espacio y el desarrollo urbanos que introdujo el régimen del despotismo ilustrado imperante en el siglo XVIII. En el perímetro del sitio, además de los edificios dedicados al cultivo de las artes y las ciencias, se pueden encontrar otros destinados a actividades como la industria, la investigación y la atención médico sanitaria. Los elementos del sitio ilustran en su conjunto la aspiración al advenimiento de una sociedad utópica en la época del apogeo del Imperio Español. La superficie más extensa del sitio la ocupan las 120 hectáreas de los Jardines del Buen Retiro. Vestigios de un antiguo palacio real del siglo XVII que llevaba el mismo nombre, esos jardines son representativos de los diferentes estilos que han caracterizado el arte paisajístico desde el siglo XIX hasta nuestros días. Adyacentes a esos jardines se hallan el Real Jardín Botánico y el barrio residencial de los Jerónimos que cuenta con una profusa variedad de edificios de los siglos XIX y XX, algunos de los cuales son sedes de instituciones culturales.
Fuente: Unesco