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    Un jubilado vence a la soledad abriendo una piscina para los niños de su barrio

    Redacción

    Keith Davidson, un juez de la corte de distrito jubilado de 94 años, perdió a Evy, su querida esposa durante 66 años en abril de 2016 y después de vivir en una casa que parecía demasiado tranquila durante más de un año, decidió abrir su casa a los niños del vecindario construyendo una piscina. Davidson vive en la pequeña ciudad de Morris, Minnesota, donde no hay lugar para que la comunidad pueda nadar. Davidson ha llevado una vida activa, toca el bajo y la tuba en organizaciones musicales de la zona y fue operador de radio del Ejército en la Segunda Guerra Mundial.

    Jessica Huebner, vecina de Davidson, fue la primera aliada ante su idea. A pesar de que muchos pensaron que se trata de una broma, la realidad fue otra y desde su apertura en julio del 2019, es habitual ver su casa, especialmente la piscina, llena de pequeños nadando y lanzándose clavados.

    Con casi 10 metros de largo y hasta casi 3 metros de profundidad en algunas partes, esta piscina que cuenta con un trampolín, se convirtió en una adición bienvenida por todos en una ciudad donde no había una piscina pública al aire libre.

    Davidson, en la piscina junto a niños del vecindario. Foto: ABC10

    Las familias del vecindario acudieron en masa al patio trasero de Davidson. “Sabía que vendrían”, dijo Davison, riendo. “Ahora vamos a estar aquí todos los días”, dijo Jaime Mundal, una mamá del barrio.

    El juez tiene tres hijos, pero ningún nieto. Así que la joven empresa es más que bienvenida. Las reglas de la piscina requieren que un padre o abuelo esté presente cuando los niños nadan. “En cierto modo adoptó a todo nuestro vecindario de niños, estos son sus nietos”, le dijo Huebner a Davidson. “Es él difundiendo alegría en todo nuestro vecindario por estos niños”, dijo Huebner a “10,000 Stories”. Ahora, en lugar de quedarse atrapado en la casa en las tardes soleadas, Davidson observa a los niños chapotear en su jardín, golpear pelotas de voleibol y chupar ponche de frutas. Lo asimila todo desde su silla de jardín.

    Fuente: http://www.telecinco.es