El tenedor, el tipp-ex, el wifi, la jeringuilla, el limpiaparabrisas o el bote salvavidas, entre muchas más cosas que cambiaron la historia, llevan detrás el nombre de grandes visionarias
Redacción
Galileo Galilei, Leonardo da Vinci, Alexander Graham Bell, Thomas Alva Edison, Nikola Tesla, Louis Pasteur… todos hombres, científicos e inventores cuyos nombres han marcado el devenir de la humanidad y hoy en día son fácilmente reconocibles por sus contribuciones al mundo actual. Pero si nombramos a Nettie Stevens, Marthe Gautier, Letitia Geer o Mary Anderson, por citar sólo algunas científicas e inventoras, ¿sabríamos identificar de igual manera lo qué aportaron a la sociedad? Seguramente, la respuesta es No.
El hecho es que las mujeres inventoras no son reconocidas con tanta frecuencia como los hombres y, además, muchas sufrieron lo que se conoce como Efecto Matilda, una práctica habitual en el pasado en la que miles de científicas vieron cómo sus investigaciones, trabajos, estudios o descubrimientos eran atribuidos a hombres a pesar de ser ellas las verdaderas artífices. Tal fue el caso de Nettie Stevens, conocida posteriormente como la descubridora del sistema XY de determinación del sexo (que en principio fueron atribuidos al genetista Thomas Hunt Morgan), Marthe Gautier, quien descubrió la anomalía cromosómica que provoca el síndrome de Down (y cuyo hito fue aplaudido al pediatra y padre de la genética moderna Jerome Lejeune) o, quizá el caso más conocido, el de la química británica Rosalind Franklin, quien descubrió, entre otras cosas, la estructura del ADN (y cuyo reconocimiento en forma de Premio Nobel no recibió ella sino sus compañeros Francis Crick y James Watson).
Estas grandes inventoras, muchas veces olvidadas, contribuyeron a los avances médicos y sociales más revolucionarios de la sociedad. Muchos de estos objetos no se concibieron como ahora los conocemos, pero ellas fueron las grandes precursoras de lo que hoy forma parte de la vida cotidiana.
VoiP
La mujer que creó la VoiP (voz sobre iP), la tecnología que nos permite comunicarnos a través de audio y vídeo a través de Internet fue Marian Croak. Es la desarrolladora acreditada de la mayoría de las características del protocolo de voz sobre Internet que llevaron a su adopción casi universal. Esta mujer afroamericana tiene en su haber más de 125 patentes en tecnología VOIP, la misma tecnología empleada por compañías tan populares como Skype o Zoom.
Cable de fibra óptica
La física estadounidense Shirley Jackson es la creadora de una gran cantidad de inventos. Para empezar, esta licenciada por el Instituto de Tecnología de Massachusetts en 1973, fue la primera mujer afroamericana en obtener un doctorado en física nuclear en el MIT. Entre sus inventos, destacan sus experimentos con la física teórica que allanaron el camino para numerosos desarrollos en el espacio de las telecomunicaciones, incluido el teléfono de tonos, el fax portátil, el identificador de llamadas, la llamada en espera y el cable de fibra óptica.
Tipp-ex
El tipp-ex o papel líquido es invención de Bessie Nesmith Graham, una mecanógrafa y diseñadora industrial estadounidense quien trabajaba como secretaria cuando inventó este corrector líquido que no era sino una sustancia blanca que se secaba rápidamente al aplicarse sobre un folio de papel y que conseguía tapar las faltas de mecanografía. De hecho, lo ideó para uso personal pero finalmente creó su propia compañía, la Liquid Paper Corporation para comercializar el producto.
Rayos X portátiles
Marie Curie es la protagonista de inventar los rayos X portátiles. Científica conocida, aparte de por descubrir la radioactividad junto a los elementos químicos polonio y radio, esta mujer que dedicó toda su vida a la ciencia inventó el primer aparato de radiografías móvil. No era sino un coche equipado con una máquina de rayos X, una sala oscura para revelado y una dinamo que generaba toda la electricidad necesaria para que únicamente fuese necesario el motor del coche para que su invento funcionara sin problemas. Una creación que salvó miles de vidas de soldados durante la Primera Guerra Mundial y cambió la medicina. Marie Curie se convirtió en la primera mujer en ganar un Premio Nobel, aunque tuvo que compartir el honor con su esposo Pierre y otro científico llamado Henri Becquerel que estaba haciendo un trabajo similar sobre la radiactividad al mismo tiempo que los Curie.
Acuario
La naturalista francesa Jeanne Villepreux-Power, una apasionada de la biología marina, es la responsable de la creación de los acuarios como método para investigar el mundo marino. Gracias a los acuarios, los investigadores y curiosos podían estudiar la vida marina con mayor facilidad. Villepreux-Power creó el primer acuario de cristal para poder observar a los moluscos del género Nautilus en condiciones controladas, demostrando que fabricaba su propio caparazón y no lo tomaba prestado de otro organismo, como sostenía la opinión popular. Fue una mujer completamente autodidacta y, sin duda, una de las pioneras en la preservación de la naturaleza. Se convirtió en la primera mujer miembro de la Academia de Catania así como en más de una docena de academias científicas.
Lenguaje COBOL
La reconocida matemática especialista informática estadounidense, Grace Hopper, es la precursora del lenguaje COBOL, un compilador importantísimo en el desarrollo de la informática moderna. Fue la primera programadora que utilizó el ordenador Mark I de Harvard, una máquina de cinco toneladas que ocupaba toda la habitación. Aparte de su labor informática, Hooper también es considerada toda una patriota; tanto es así, que un destructor de la marina estadounidense, lleva su nombre: el USS Hopper.
GPS
La matemática estadounidense Gladys West fue clave en la invención del sistema de navegación por satélite, GPS. Gracias a su trabajo, se desarrolló el sistema de posicionamiento global más conocido en todo el mundo y sin el que, anteriormente, muchos nos perdíamos por las carreteras. Después de una educación universitaria en la que los hombres la superaban en número, esta mujer afroamericana comenzó a trabajar en el Naval Surface Warfare Center. Sus datos, fruto del análisis de satélites y programación en un ordenador IBM para crear cálculos precisos de la forma de la Tierra, se convirtieron en la base del actual GPS.
Envasado al vacío
El almacenamiento adecuado de la comida para conseguir una mejor conservación ha sido algo para lo que el ser humano ha ideado numerosos métodos a lo largo de la historia: la salazón, el frío, el secado, el ahumado, son algunos de ellos. Nada parecido a la revolución que supuso el invento de la lata de conservas. Sin embargo, de Amanda Theodosia Jones fue más lejos. En el siglo XIX consiguió eliminar el aire de una lata, inventando así el envasado al vacío sin previa cocción de los alimentos conservados, mejorando así su calidad en el momento de consumirlos. Su invento fue patentado en 1873 bajo el nombre de “el proceso de Jones”.
Lavavajillas
A finales del siglo XIX, Josephine Cochrane inventó el primer lavavajillas comercialmente exitoso, el construido en colaboración con el mecánico George Butters. Cochrane hizo realidad una idea patentada en 1850 por Joel Houghton. Dentro de una caldera de cobre dispuso una rueda con una serie de compartimentos con cables en los que cupieran a la perfección platos, vasos y otros utensilios. Su lavavajillas, creado en 1893, fue el primero en utilizar agua a presión en vez de un estropajo para limpiar los platos dentro de la máquina. Gracias a los conocimientos de mecánica e ingeniería de esta norteamericana, hemos podido beneficiarnos de un sistema automático, rápido y eficiente de lavar los platos.
Jeringuilla médica
Letitia Geer fue la responsable en 1899 de uno de los avances más indispensables de la medicina moderna, culminando los intentos que se iniciaron en el siglo IX. ¿Podríamos imaginar hoy en día un mundo sin jeringuillas médicas? Geer inventó, además de la primera jeringuilla que podía ser empleada con una sola mano, la primera que contenía partes de vidrio.
Filtros de café
El café comenzó a consumirse en Europa a partir del siglo XVII, aunque no fue hasta la invención de la cafetera cuando empezó a beberse como se hace en la actualidad. El método usual era colocar los granos de café en un saco y colocarlo en el agua hirviendo, pero en 1908 la alemana Melitta Bentzn desarrolló un nuevo y revolucionario sistema. Colocó un trozo de papel absorbente en un recipiente de latón con pequeños agujeros y vertió el café a través de este filtro doble, que atrapaba los granos y permitía volcar el líquido en la taza.
Limpiaparabrisas
Mary Anderson fue una promotora inmobiliaria, ranchera y viticultora que, tras realizar un recorrido en tranvía por Nueva York en el que el conductor tenía que salir cada pocos minutos para limpiar el vidrio del parabrisas sucio por la nieve y el agua; decidió ponerse manos a la obra e inventar un artefacto que consiguiera limpiarlo de manera automática y efectiva. En 1903 creó el actual sistema que Henry Ford decidió probar en su modelo Ford T. Debido a su éxito, en 1908 todos los Ford llevaban el invento de Anderson.
Monopoly
Elizabeth Magie era una apasionada de las nuevas teorías económicas. Con el fin de criticar el capitalismo y demostrar de manera lúdica que el monopolio de la tierra a manos de unos pocos era perjudicial para el resto de la población y para el desarrollo de la economía, inventó en 1904 el juego que ahora conocemos como Monopoly. Originalmente recibió el nombre de Landlord’s Game. 30 años más tarde, Charles Darrow, un vendedor en paro, patentó una versión del juego de Elizabeth al que bautizó con el nombre de Monopoly y le vendió la idea a Parker Brothers. Esta firma compensó a Magie con 500 dólares, a pesar de que su invento se convirtió en uno de los juegos de mesa más famosos del mundo.
Galletas cookies
Ruth Wakefield regentaba un albergue muy popular en Massachusetts por repartir entre sus huéspedes platos para llevar a casa y una porción de sus galletas para el postre. Muchas celebridades de la época acudieron al restaurante como John F. Kennedy, Bette Davis o Eleanor Roosevelt. Allí, Wakefield elaboraba sus galletas de una manera tradicional, pero un día, al no tener en casa chocolate en polvo, decidió sustituirlo por trocitos de chocolate. Y así, por accidente, nacieron la famosas cookies en 1933. Durante la Segunda Guerra Mundial sus galletas comenzaron a conocerse en todos los Estados Unidos porque los soldados de Massachusetts las compartían con otros soldados de todo el país. Como consecuencia del éxito, la venta de tabletas de chocolate Nestlé semidulce se disparó. Andrew Nestlé, el famoso fabricante, le propuso a Ruth recibir chocolate gratis de por vida para hacer sus galletas a cambio de poder imprimir la receta en la envoltura de la tableta de chocolate semidulce.
WiFi
Hedy Lamarr, además de ser una conocida actriz austriaca, desarrolló la teoría del espectro ensanchado, el precursor del WiFi, durante la Segunda Guerra Mundial. El invento de un sistema de comunicaciones secretas para los torpedos controlados por radio sentó las bases tecnológicas para inventos que consideramos modernos, como el WiFi o el GPS. Sin embargo, la invención no sería aprovechada hasta los años 60, cuando la patente se utilizó para desarrollar comunicaciones militares inalámbricas para misiles guiados.
Telescopio submarino
Patentado por Sarah Mather en 1845 , permitió a los barcos que se adentraban al mar inspeccionar las profundidades del océano. Utilizaba una lámpara de canfeno en un globo de vidrio que fue sumergido en el agua. El dispositivo permitía examinar el casco y otros detalles desde la cubierta de una embarcación.91011 En 1864 Sarah Mather añadió una mejora a su anterior invención para detectar submarinos de guerra sureños.
La tabla de planchar
Sarah Boone, una inventora afroamericana en 1892, patentó las mejoras para la tabla de planchar que fue la precursora de la tabla de planchar que conocemos hoy. Las primeras tablas de planchar conocidas fueron inventadas por los vikingos en el siglo IX, hechas de piezas planas de hueso de ballena, sobre las que presionaban piedras calientes. Ya en 1858, W. Vandenburg patentó lo que llamó la mesa de planchar, pero Sarah Boone obtuvo años más tarde una patente en los Estados Unidos por las mejoras al tablero de planchar, permitiendo una mejor calidad en el planchado de mangas de camisa.
Pañal desechable
Procedente de una familia de inventores, Marion Donovan decidió, tras tener a su primera hija, inventar un producto que le permitiese ahorrar tiempo y esfuerzo limpiando los típicos paños que antiguamente se utilizaban para la ropa del bebé. Donovan ingenió en 1946 un pañal recubierto con una especie de tela plástica que en su interior estaba cubierto por un paño mucho más absorbente y que, a la vez, no provocaba escozor al bebé. Diez años más tarde, vendió su idea a Víctor Mills, ingeniero químico en la empresa Procter & Gamble, con la que desarrollaría y comercializaría los pañales desechables tal y como los conocemos hoy en día.
Libro electrónico
Ángela Ruiz Robles fue una maestra gallega y, además la inventora de lo que podría considerarse el primer libro electrónico. Preocupada por la cantidad de peso que los niños llevaban a la escuela, desarrolló en 1954 una enciclopedia mecánica que pretendía transmitir conocimientos de una forma más interactiva. El libro contaba con pulsadores, bobinas, luces y desplazables.
Tiras reactivas a la orina
Helen Free es una química estadounidense que revolucionó la forma de diagnosticar enfermedades y detectar embarazos. Free inventó en 1956 unas tiras reactivas, que recibieron el nombre de Clinistix, capaces de monitorear la diabetes y la presencia de glucosa en la orina. En el año 2011, Free recibió de manos de Barack Obama la Medalla Nacional de Tecnología e Investigación por este invento.
La balsa salvavidas
Maria Beasley inventó en 1882 un sistema de escape para las embarcaciones para salvar la vida de muchas personas en las tragedias marítimas: la balsa salvavidas. Un invento imprescindible en las grandes embarcaciones, aunque, lo que de verdad le hizo rica fue una máquina de fabricación de barriles que construyó años más tarde.
La escalera de incendios
En 1860, la ciudad de Nueva York quedó reducida a cenizas debido a un gran incendio. Miles de familias que se encontraban dentro de los edificios afectados fueron incapaces de escapar. Aunque esta tragedia dejó a los neoyorkinos desolados, el gobierno era incapaz de buscar una solución que no supusiera un coste altísimo. Y aquí es donde apareció Anna Connely, quien se percató de que las personas tienden a escapar hacia las azoteas y, una vez allí, las escaleras de los bomberos no llegan. Así, Connely ideó un puente de rieles de metal, de muy bajo coste, que podía conectar dos edificios vecinos y, además, una campana que alertase de los incendios a los vecinos de los alrededores. Este sería el germen de las escaleras de incendios, externas a los edificios, tan típicas de Nueva York a día de hoy.
El tenedor
A pesar de tener constancia de utensilios parecidos ya en la Antigua Grecia, el tenedor tal y como lo conoces apareció sobre 1077. Llegó a Europa desde Constantinopla gracias a Teodora, hija del emperador de Bizancio Constantino X Ducas, que se lo llevó a Venecia al contraer matrimonio con un duque. Teodora fue incomprendida por esta y otras excentricidades y fue tachada de “escandalosa y reprobable”. San Pedro Damián amonestó sus extravagancias, llegando a llamar al tenedor instrumentum diaboli.
La calefacción para el coche
En noviembre de 1893, Margaret Wilcox, una de las pocas mujeres ingenieras mecánicas de su época, patentó el sistema de calefacción del coche. Su sistema consistía en un mecanismo que dirigía el aire sobrante de los motores hacia el conductor.
Los intermitentes y la señalización de freno
Además de actriz y modelo, Florence Lawrence fue una gran innovadora: su pasión por los coches, de los que era coleccionista, la llevó a inventar grandes mejoras como las luces intermitentes y la señalización de freno.
La bolsa de papel
En 1866, Margaret Knight empezó a trabajar en la Columbia Paper Bag Company, una modesta fábrica de bolsas de papel de Estados Unidos. Un año después, al comprobar que los envoltorios eran poco estables y tenían unos fondos que se rompían fácilmente, decidió inventar una máquina que hiciera las bolsas más firmes y resistentes. En 1871, Margaret recibió, por fin, su patente después de una dura batalla con un maquinista llamado Charles Anan, quien argumentó que un sistema tan brillante “no podía haber sido inventado por una chica”.
La fregona
Junto al Chupa Chups, la fregona es posiblemente uno de los inventos españoles más conocidos, pero pocos conocen que fue obra de dos mujeres, madre e hija. Julia Montoussé Frages y su hija Julia Rodríguez-Maribona registraron en 1953 este artilugio con el complicadísimo nombre de “dispositivo acoplable a toda clase de recipientes tal como cubos, baldes, calderos y similares, para facilitar el fregado, lavado y secado de pisos, suelos, pasillos, zócalos y locales en general”. Años más tarde, el riojano Manuel Jalón, considerado padre de la fregona, obtuvo la patente del modelo actual, tras inspirarse en el ingenio de estas dos vecinas de Avilés.
La programación informática
Ada Lovelace trabajó junto con Charles Babbage en la Universidad de Londres en la creación de un “motor analítico” (es decir, el ordenador antiguo) para desarrollar formas de programar la máquina con algoritmos matemáticos. Lo que la convierte básicamente en la primera programadora de la historia.
El sujetador
En 1919, Caresse Crosby se enfrentaba a ponerse el tradicional corsé cuando decidió destrozarlo por completo y convertirlo en algo mucho más ergonómico. El resultado fue un éxito. No solo Crosby, sino que todas sus amigas quisieron que les fabricase uno. En 1914, con tan solo 23 años, patentó su genial idea.
El láser para la corrección de la vista
Oftalmóloga, inventora y académica, Patricia Bath es además la primera mujer afroamericana en recibir una patente con finalidades médicas. ¿Su creación? Nada más y nada menos que el Laserphaco Probe que se utiliza, entre otras cosas, para las operaciones de cataratas.
Los antibióticos para los hongos
Rachel Fuller Brown, química estadounidense, desarrolló junto a su socia, Elizabeth Lee Hazen, el primer antibiótico efectivo contra la enfermedad de hongos en los humanos, considerado el avance biomédico más importante desde el descubrimiento de la penicilina.
La nevera eléctrica
En 1914, Florence Parpart, inventó el primer refrigerador moderno de la historia. Gracias a ella, las cocinas vivieron una auténtica revolución en la forma de cocinar y conservar los alimentos. A pesar de su creación, su co-patentador, Hiram Layman, fue el que acudió con su diseño para obtener ayuda con la patente. Cuando se otorgó, se habían casado y Hiram también figuraba en los documentos, atribuyéndose el mérito que había nacido de su ya esposa.Florence no solo creó este artefacto tan necesario en la vida moderna, también patentó la máquina barredora de calles.
Las cámaras de seguridad
Marie Van Brittan Brown inventó un sistema de vigilancia doméstico que incluía un circuito cerrado de televisión, patentado en 1966. Su sistema tenía un conjunto de objetivos y las cámaras tenían movimiento para subir y bajar. Además, añadió un control remoto para que las personas que utilizasen su sistema pudieran abrir la puerta principal.
El kevlar
Stephanie Kwolek, química polaco-estadounidense, fue la inventora del poliparafenileno tereftalamida conocido como Kevlar: de color dorado y hasta cinco veces más resistente que el acero, se utiliza en la actualidad para crear chalecos antibalas.
La bengala de emergencia
Un espectáculo de fuegos artificiales propició que Martha Coston continuara, con tan solo 21 años y tres hijos a su cargo, con la idea de su difunto marido de crear algún instrumento que se pudiese utilizar en caso de socorro marítimo. Así inventó las bengalas de emergencia, poniéndose en contacto con pirotécnicos mientras se hacía pasar por un hombre para que la tomasen en serio.
La tostadora
Sarah Guppy, además de diseñar el puente colgante de Clifton en Bristol, inventó un sinfín de aparatos domésticos como una cama con equipo de ejercicio incorporado, un dispositivo para el té que también cocinaba huevos en el vapor o un plato para mantener el pan tostado… lo que viene siendo nuestra tostadora. Y todo ello antes de 1852.
La Barbie
La muñeca más famosa del mundo fue inventada por Ruth Handler, cuando se dio cuenta de que aunque su hijo podía jugar con miles de figuritas de acción, su hija solo podía entretenerse con recortables de papel o muñecas de trapo. Inspirada en una muñeca alemana denominada Lilli, que era más bien un juguetito sexual, creó a la mundialmente conocida Barbie.
El secador de permanente
Marjorie Joyner, esteticista, empresaria, activista y filántropa estadounidense, fue también la inventora de un secador permanente que permitiese alisar u ondular el cabello sin necesidad de un laborioso trabajo manual que podía durar horas. Su creación fue todo un éxito que a día de hoy todavía podemos ver en muchos salones de belleza.
La máquina para hacer helados
Aunque el helado ya estaba inventado, gracias a Nancy Johnson podemos degustarlo y consumirlo de manera masiva, pues fue quien inventó la heladora eléctrica.
Fuentes: El Mundo, Buzzfeed, Muy Interesante y National Geographic.