Puede que la vida transcurra a un ritmo de locos en Japón, pero hay cosas fundamentales que ponen en equilibrio la balanza
Redacción
Para los trabajadores japoneses en las grandes ciudades, una jornada normal comienza en un estado de sushi-zume, un término que compara a las personas apretujadas en un tren a los empaquetados granos de arroz para sushi. Y el estrés no termina ahí. La famosa cultura laboral del país hace que la mayoría trabaje largas horas, bajo estrictas reglas jerárquicas.
Así, los últimos trenes alrededor de la medianoche están llenos de gente en ropa de oficina. Pero ¿cómo se las arreglan? El secreto puede estar en lo que los japoneses llaman ikigai. Sin traducción directa, es un término que encarna la idea de la felicidad de vivir. Esencialmente, es la razón por la que te levantas cada mañana.
Para quienes en Occidente están más familiarizados con el concepto, se le asocia frecuentemente con un diagrama de Venn con cuatro cualidades que se superponen: lo que amas, para lo que eres bueno, lo que necesitas y por lo que te pueden pagar. Para los japoneses, sin embargo, la idea es un tanto distinta.
Puede que tu ikigai no tenga nada que ver con ingresos. De hecho, en una encuesta hecha en Japón en 2010 con 2.000 hombres y mujeres, solo el 31% de los participantes consideraron su trabajo como su ikigai. Para algunos el trabajo puede ser muy importante. Pero su vida no se limita a eso.
Valores diversos
En un trabajo de investigación sobre el ikigai, su coautor Akihiro Hasegawa, psicólogo clínico y profesor de la Universidad de Toyo Ewia, incluyó el término como parte del lenguaje cotidiano japonés. Se compone de dos palabras: iki, que significa vida, y gai, que describe valor o mérito.
Según Hasegawa, su origen se remonta al período Heian (794-1185). “Gai viene de la palabra kai (“conchas” en japonés,que eran consideradas muy valiosas) y de allí se derivó ikigai como una palabra que significa valor en la vida”, explica.
Hay otras palabras que usan kai: yarigai o hatarakigai, que significan el valor de hacer y el valor de trabajar. Y al ikigai se le puede ver como un concepto amplio que incorpora esos valores en la vida.
Felicidad, pero diferente
Hay muchos libros que tratan el asunto, pero Ikigai-ni-tsuite (“Sobre el Ikigai“), publicado en 1966, es considerado como la biblia sobre el tema. Su autora, Mieko Kamiya, explica que como palabra ikigai es similar a “felicidad”, pero tiene una sutil diferencia de matices.
Ikigai es lo que te permite desear que llegue el futuro, incluso si te sientes mal en el presente. En ese sentido, Hasegawa apunta que, traducido como “el propósito de la vida”, ikigai suena muy grandioso, pero afirma que se acerca más a seikatsu, que significa la vida cotidiana.
En su investigación, Hasegawa descubrió que la gente japonesa cree que la suma de las pequeñas alegrías cotidianas resulta en una vida más plena, en conjunto.
Tus valores, las cosas que te gusta hacer y las cosas para las que eres bueno. La intersección de las tres es tu ikigai
Buettner
¿Clave de longevidad?
Japón es uno de los países con mayor expectativa de vida en el mundo. Según cifras oficiales del país, 87 años para las mujeres y 81 para los hombres. Una de esas zonas azules es Okinawa, una remota isla japonesa con un notable número de personas que superan la centena.
Autor de El secreto de las zonas azules: come y vive como la gente más saludable del planeta, Dan Buettner, considera que el concepto de ikigai contribuye con esa longevidad.
Probablemente la dieta de los habitantes de Okinawa tiene mucho que ver con eso, pero Buettner cree que otras cosas influyen. “A la gente mayor se la celebra. Se sienten obligados a pasar su sabiduría a las generaciones más jóvenes”, dice. Eso les da un propósito en la vida, más allá de sí mismos, sirviendo a sus comunidades. Según Buettner, el ikigai no es algo exclusivo a los residentes de Okinawa: “Quizás no haya una palabra para eso, pero en todas las cuatro zonas azules, como en Cerdeña (Italia) y la Península de Nicoya (Costa Rica), el mismo concepto existe entre las personas que viven mucho tiempo”.
Buettner sugiere hacer tres listas: tus valores, las cosas que te gusta hacer y las cosas para las que eres bueno. La intersección de las tres es tu ikigai.